En el mismo operativo israelí que capturó en Buenos Aires a Adolf Eichmann se descubrió que uno de sus lugartenientes estaba escondido en la isla Martín García, pero no llegaron a apresarlo.
Prision, lazareto, refugio para supervivientes, cuartel para la conscripcion, turismo y su propia vida interior son algunas de las facetas de este lugar magico en medio del delta.
El nicaragüense Rubén Darío pasó una temporada en el lazareto de la isla para recuperarse de su alcoholismo. Allí, por encargo, escribió su reconocida pieza “Marcha triunfal”, que celebra la Revolución de Mayo.
Su nombre era Nicolás Canestra, pero en Martín García todos le decían Nicolín. Había llegado en agosto de 1865 y, 70 años después, una nota de Caras y Caretas retrató sus días en el lugar.
Uno de los mayores atractivos de Martín García es el turismo. Desde siempre, pasar allí el día o el fin de semana fue una posibilidad para conectarse con la naturaleza y nuestra propia historia.
Más allá de toda la historia que sucedió en ella, Martín García es una reserva natural de uso múltiple que reúne una gran riqueza en su flora y fauna.
El acuerdo, rubricado entre ambas naciones en 1973, sentó las bases respecto del control de las aguas del Plata y estableció la única frontera seca con el país vecino: la isla Timoteo Domínguez, que con el tiempo se unió a Martín García.
Durante la denominada Campaña al Desierto, Martín García funcionó como campo de concentración de indígenas. También servía de cuarentenario para los barcos que llegaban de Europa y muchas veces traían la peste. En el siglo XX fue cárcel para...
Felipe Pigna es uno de los historiadores más populares e influyentes de la Argentina. En diálogo con Caras y Caretas, analiza la importancia de la isla en el devenir de nuestro país.
Dispuesto a derrocar a Rosas en alianza con las provincias litoraleñas, Sarmiento pensó en un gran país (que incluyera los territorios de la Argentina, Paraguay y Uruguay), cuya capital estuviera asentada en el pequeño territorio del delta.