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Caras y Caretas

           

“En Martín García se define el nacimiento del peronismo”

Felipe Pigna es uno de los historiadores más populares e influyentes de la Argentina. En diálogo con Caras y Caretas, analiza la importancia de la isla en el devenir de nuestro país.

No precisa mayores presentaciones. Profesor, escritor e historiador, ha sabido combinar la erudición con la divulgación de la historia local en diversos formatos: libros, programas de radio y televisión, cómics y obras de teatro. Desde 2005, Felipe Pigna también es director de la emblemática revista Caras y Caretas, a la cual le dio un nuevo perfil nacional y popular. Su estilo y su forma de narrar tienen la particularidad no solo de llegar al público de forma masiva sino también de acercar a generaciones de niñeces y juventudes a la historia argentina. El autor de Los mitos de la historia argentina (cinco tomos desde 2004 a 2013), Evita (2007), Mujeres tenían que ser (2011), Mujeres insolentes de la historia (2019), Gardel (2020) y Los Güemes y la Guerra de los Infernales (2023), entre otros, es además un asiduo visitante a la isla Martín García.

–¿Cuál fue históricamente y cuál es actualmente la importancia geopolítica de la isla Martín García?

–Geopolíticamente es fundamental porque es una isla que está a la entrada del estuario del puerto de Buenos Aires. Fue fundada de manera accidental por Juan Díaz de Solís, cuando exploraron el territorio en 1516. A bordo había muerto el despensero del barco, que se llamaba Martín García, y lo enterraron ahí, por eso el nombre. Aunque hay una cruz en honor del despensero, existe la hipótesis de que, en realidad, su cuerpo fue arrojado al mar. Por su ubicación, la isla siempre fue un lugar estratégico, particularmente desde los combates por la independencia argentina. Hay que recordar que la Revolución de Mayo se hace con Montevideo en manos de los realistas. Eso convirtió a la isla en testigo de varias de las batallas que se libraron en el contexto de la independencia. En efecto, hubo muchos combates en torno de la isla por los ataques que provenían de la escuadra española en Montevideo y fue muy importante en el asalto final a la plaza de Montevideo haber tomado primero la isla y después poder entrar en 1814, cuando se produce la derrota de las fuerzas españolas en la actual capital uruguaya. Hasta ese año, la soberanía fue cambiando permanentemente, entonces se logra tomarla como una comuna, como un paso previo a la toma de Montevideo. Asimismo, durante las guerras civiles fue campo de batalla en los combates que se libraron, por ejemplo, durante el bloqueo francés. Los franceses tomaron la isla para bloquear el puerto. Después fueron desalojados. Lo mismo pasó con el bloqueo anglo-francés. Era una zona en disputa para la defensa o el ataque de Buenos Aires. Por eso hay tantas idas y venidas entre la Argentina y Uruguay, hasta que recién en 1973, durante la presidencia de Perón, se logra firmar el tratado que le da a la isla la soberanía política argentina como parte del territorio de la provincia de Buenos Aires.

–¿Qué funciones tuvo la isla a lo largo de la historia?

–Antes de ser lugar de presidio para presidentes democráticos, fue lugar de presidio de los excluidos de la historia del siglo XIX y principios del XX. Allí fueron aislados los enemigos políticos de la generación del 80. En Martín García tuvo lugar la creación de un campo de concentración durante la llamada Conquista del Desierto. Allí fueron a parar los prisioneros de la campaña de Roca, es decir, miembros de los pueblos originarios, obligados a realizar trabajos forzados. También era lugar de presidio de delincuentes peligrosos y los llamados delincuentes políticos: anarquistas, integrantes de sindicatos. Era como una escala previa a Ushuaia: ambos eran lugares de difícil escape. La actividad que tenían los presos, fundamentalmente, era la construcción de adoquines para el adoquinado de Buenos Aires. A eso fueron destinados también los indígenas, que permanecieron en Martín García como un campo de concentración que excedía los marcos del presidio.

–¿Qué personajes ilustres o famosos estuvieron en la isla y qué legados dejaron?

–Rubén Darío estuvo internado en una colonia por problemas de alcoholismo en 1895. Allí escribe la “Marcha triunfal”. Estuvo confinado Hipólito Yrigoyen en dos oportunidades tras el golpe militar de 1930. Estuvo detenido Perón en octubre de 1945. Luego estuvo Frondizi, tras ser derrocado en 1962. Por eso a la isla le decían YPF: Yrigoyen, Perón, Frondizi. Pero además de ser una isla con historia, parece que brinda un contexto inspirador para la escritura. Yrigoyen escribió ahí una parte de sus memorias y su defensa ante la Corte Suprema; Perón, sus cartas a Evita y Mercante. Y, finalmente, también Frondizi escribió una defensa de las políticas de su gobierno.

–¿Por qué Yrigoyen estuvo preso en dos oportunidades?

–La primera vez que lo llevan a Martín García fue en noviembre de 1930, y después lo llevan de vuelta en febrero de 1932. El de Yrigoyen fue el peor de los confinamientos porque ya era un anciano de más de setenta años, con una salud muy precaria, y la primera vez que estuvo ahí fue en el polvorín, conocido como la cartuchería de la isla. Vivir en un lugar espantoso e insalubre, una especie de arsenal abandonado, húmedo y lleno de ratas, resintió aún más su estado de salud. Por ese motivo, la familia consigue que lo trasladen a Buenos Aires y ahí el gobierno de Justo evalúa que Yrigoyen seguía siendo peligroso y lo mandan de vuelta a Martín García, a otro lugar, pero también en muy malas condiciones. Se agrava muchísimo su estado de salud y no queda más remedio que traerlo de vuelta en 1932, prácticamente para morir en Buenos Aires el 4 de julio de 1933. Miserable la actitud con una persona mayor, pero evidentemente los gobiernos de la década Infame temían que Yrigoyen pudiera movilizar a la gente y ser un factor de oposición dura al gobierno fraudulento de Justo.

–¿Cómo fueron los confinamientos de Perón y Frondizi?

–Perón estuvo en una escuela. No lo habrá pasado mal en términos de condiciones, pero sí temía por su vida, porque estaba en manos de la Marina. Su jefe era Vernengo Lima, un declarado enemigo de Perón. Estaba claro que su vida corría peligro, particularmente en la jurisdicción de la Marina. En el caso de Frondizi, tuvo una casa bastante linda. La idea de los golpistas era como un exilio, sacarlo de circulación. Para cualquier persona dedicada a la actividad política es muy doloroso. Es privarlo de la parte fundamental de su vida.

Hablando de literatura, ¿qué sentimientos embargaron a Perón para escribir su célebre carta a Evita?

–Si bien la carta a Evita es muy bella en términos románticos, Perón sabía que iba a ser leída por los servicios y por eso miente en torno a sus planes. Escribe que tiene la intención de abandonar la política e irse a la Patagonia, cosas que no pensaba hacer. Ahí también se produce la estrategia de Perón de fraguar las radiografías que le lleva su médico para hacer creer que tenía un problema grave de pulmón y lograr que lo trasladen, finalmente, al Hospital Militar. Él quería salir rápidamente de la jurisdicción de la Marina para pasar a la del Ejército, donde tenía muchos más aliados.

–¿Qué representa hoy y que ha significado simbólicamente Martín García a través de las épocas?

–En varios sentidos, la isla Martín García representa espacios de utopía. En 1850, Sarmiento escribe Argirópolis, libro que propone que Martín García sea la capital de una nueva república: los Estados Confederados del Río de la Plata. En ese momento, Martín García estaba en poder de los franceses, y Sarmiento imagina una especie de República del Plata que nuclearía a la Argentina, Uruguay y Paraguay. Pero, para el siglo XX, Martín García es el lugar de presidio de tres presidentes constitucionales, un grupo popular sintetizado en el humor popular como YPF. No se trata de cualquier presidente, sino de tres presidentes que representan los tres grandes proyectos democráticos del siglo XX: el radicalismo popular, el peronismo y el desarrollismo. No parece casual que los tres tipos que tuvieron proyectos que no implican neoliberalismo hayan sido confinados en una isla. Prevalece la idea de aislarlos por considerarlos gente peligrosa. Hay, en los tres casos, una decisión política de parte de los golpistas de sacarlos del contexto político, del apoyo que podrían llegar a tener, de la gente que podrían movilizar a su favor. Sin embargo, en Martín García se define el nacimiento del peronismo porque ahí Perón empieza a planificar el 17 de octubre con el doctor Maza, el médico que lo ayuda a fraguar la enfermedad. También es desde ahí que él, a través de Maza, envía la carta a Mercante para organizar la movilización del 17. Finalmente, la última noticia en términos históricos que tenemos de la isla es la de Menem yendo en avión para comprar el pan dulce que, merced a él, devino famoso. Todo un símbolo de la frivolidad menemista.

Escrito por
Adrián Melo
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