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Caras y Caretas

           

Los archivos del terror en Uruguay

En el marco de una interna militar, se filtraron miles de archivos de inteligencia de la época de la dictadura. El objetivo sería desestabilizar a la izquierda a través de ciertas figuras que aparecen mencionadas, como el ex presidente Tabaré Vázquez.

El presidente uruguayo Luis Lacalle Pou y los tres ex mandatarios desde el regreso a la democracia aún vivos –Julio Sanguinetti (1985-1990 y 1995-2000), Luis Lacalle Herrera (1990-1995) y José Mujica (2010-2015)– participaron del acto realizado en la sede del Poder Legislativo en conmemoración de los cincuenta años del golpe de Estado de 1973. “Hace cincuenta años, la dictadura quiso callar a los representantes del pueblo. Hoy queremos ratificar nuestro compromiso democrático desde este Parlamento elegido democráticamente por la ciudadanía”, dijo la vicepresidenta, Beatriz Argimón, al abrir la ceremonia.

La última sesión en el Senado antes de la disolución de las Cámaras, la madrugada del 27 de junio de 1973, fue recreada con imágenes de esa noche proyectadas en la cúpula del recinto, mientras se escuchaban discursos emblemáticos de legisladores de entonces. Entretanto, se filtraron los archivos de inteligencia de los años 70 y de 1986.

Mientras políticos y organizaciones sociales discuten si abrir o no los archivos de la dictadura, alguien –no se sabe quién– subió a internet más de mil archivos del régimen, incluyendo algunos que venían siendo buscados sin éxito desde hace décadas. Desde el 18 de abril, se subieron 1.602 archivos, cada uno de ellos correspondiente a un rollo de microfilms con cientos de documentos diversos. Una primera y muy somera revisión de algunos de los rollos permitió encontrar fichas de detenidos políticos, de supuestos colaboradores, seguimientos a periodistas, sumarios a funcionarios públicos, persecuciones políticas a docentes y casos de corrupción, entre un largo etcétera. Los divulgadores anónimos circularon un comunicado que acompaña la publicación que excluyeron los archivos, que reproducían interrogatorios bajo tortura.

La difusión masiva sorprendió por varios motivos. Uno de ellos es que incluye los primeros 98 rollos del llamado “Archivo Berrutti”, que nunca se habían podido localizar hasta el momento y eran reclamados por activistas e investigadores.

Tras estos acontecimientos, Caras y Caretas entrevistó al periodista uruguayo Fabián Cardozo, que actualmente integra Info TNU, el servicio informativo de la Televisión Nacional de Uruguay; es responsable de la productora Mácula Producciones; hasta mayo de 2014 fue corresponsal en Uruguay de la cadena Telesur y, anteriormente, de Radio Nacional Buenos Aires (AM870).

–¿Quiénes filtraron estos archivos después de tantos años?

–Es una típica operación de inteligencia. La filtración es una operación de inteligencia, que incluso se está investigando de donde partió. Aparecía por ahí que sea de la propia interna militar, con el objetivo de desestabilizar y revelar algunos nombres. Por ejemplo, circula un relato que involucra a Tabaré Vázquez. Quiere decir que fue un protegido a la dictadura. O sea, quieren vincular a personalidades de la izquierda y colocarlas como cómplices. Y quedaba clara la intención de posicionar ese relato con la filtración de los documentos. Los documentos son de lo que se llama el “Archivo Berrutti”. Este archivo de inteligencia militar fue descubierto por la ex ministra de Defensa Azucena Berrutti, que decidió profundizar en una investigación. Y son archivos de inteligencia militar, microfilmados, y se utilizan para limpiar el archivo y que se convierta en algo legible. Porque normalmente tienen códigos militares. Y fue el Frente Amplio el que descubrió esos archivos. Y quedaron bajo custodia. No solamente son archivos que contienen información de la época de la dictadura, sino que involucran a la democracia. Datos de los 80 o los 90, porque se supone que la inteligencia militar trabajó hasta el gobierno de Julio María Sanguinetti. En los gobiernos de Sanguinetti había documentos de perseguimiento a personalidades públicas, sindicales, etcétera. La filtración de estos documentos es una pasada de factura entre logias militares, intentos de cambiar el relato, la teoría de los dos demonios, porque la intención es seguir instalando esos relatos. No hay que olvidar que en Uruguay se está dando un debate sobre la reparación sobre las víctimas de la dictadura, e intentan instalar a las víctimas de las guerrillas. Sobre todo Cabildo Abierto, que es el que más peso tiene para instalar estos temas, y el partido con más contactos con la interna militar.

–¿Entonces la hipótesis más fuerte es que se trata de una interna militar?

–Claro. Es un pase de factura y además es una demostración de poder, ya que devela la vulnerabilidad de estos archivos y de quienes deberían protegerlos. Y un aviso al gobierno mismo. Es decir “miren, nosotros apretamos un botón y salta todo por el aire”. En los documentos hay muchos involucrados de la izquierda, que obviamente fueron investigados y perseguidos. Y es notorio lo de Tabaré Vázquez y esta intencionalmente filtrado. La derecha lo utiliza como rédito político. Lo consideran un ciudadano A que no podía ser detenido porque no era un sedicioso. No era sedicioso y era un médico oncólogo que no tenía militancia política.

–¿Qué pasos dio Uruguay en relación con la reparación, investigación y juzgamiento de militares por lo ocurrido en los años de dictadura?

–Acá se dieron pasos que fueron importantes para el Uruguay. Quizá no tan grandes como en la Argentina, como una política de Estado notoria en el kirchnerismo. Pero acá hay reparación, hay pensiones y jubilaciones, la Justicia avanzó, se entró a los cuarteles a excavar, hay reparación, hay verdad y justicia. Claro que hay pasos que nos quedan para dar y seguir investigando. Y se anuló la Ley de Caducidad.

–¿Qué dice la Ley de Caducidad?

–La Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado, conocida como Ley de Caducidad, impide juzgar las violaciones a los derechos humanos cometidas por militares y policías durante la dictadura (1973-1985). Una ley que en su momento sirvió como una amnistía: guerrilleros y militares quedaron anmistiados. Eso generaba impunidad y el Frente Amplio estaba en contra de eso. Se anuló la Ley de Caducidad, y ahora se puede investigar y hay militares presos.

–¿De qué hablan específicamente los archivos que se filtraron?

–Hablan de seguimientos a personas. Un trabajo de inteligencia muy fino. Son fichas, descripciones de nombres de hombres y mujeres con datos precisos: dónde trabajaban, dónde vivían, si eran casados, solteros, dónde salían, etcétera.

–¿Por qué estos archivos se filtran ahora?

–Hay muchas internas entre los militares y hay sectores que quieren que se avance en la investigación y otros que no. Los militares que responden a Cabildo Abierto son los más duros y más nostálgicos, y tienen vínculos muy cercanos con represores. Estos sectores hablan de que los militares son “presos políticos”. El tema es que ahora son una fuerza que está en el gobierno.

Escrito por
Silvina Pachelo
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