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Caras y Caretas

           

A pesar del negacionismo, los lápices siguen escribiendo

Vicotria Villarruel, candidata a vicepresidenta de La Libertad Avanza

En el escenario de incertidumbre que supone el ascenso de la nueva derecha, el movimiento estudiantil se mantiene alerta para ampliar su convocatoria.

“No existe el terrorismo de Estado”, dijo Victoria Villarruel, diputada nacional y candidata a vicepresidenta por La Libertad Avanza, en un acto por las “víctimas del terrorismo” que organizó en la Legislatura porteña la semana pasada. También en esa ocasión se refirió a la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, como “un personaje siniestro para la política argentina”. Más allá de estas declaraciones de corte negacionista y del predicamento que tienen en una parte de la sociedad, resulta movilizante –o preocupante– que estos discursos tienen un alto grado de adhesión entre los jóvenes. En los actos y demostraciones de apoyo públicas del candidato presidencial Javier Milei se observa una fuerte presencia joven, algo que hasta hace algunos años fue el ancho de espadas del kirchnerismo.

“Si Milei hoy tiene jóvenes que lo siguen y lo apoyan no es, del todo, por su propuesta política. Es porque los convoca y los hace parte. Y eso es algo que se nota que el oficialismo no está haciendo”, dice Agustín Chenna, militante de Unión por la Patria en el Gran Buenos Aires. Y agrega: “El peronismo dejó de convocar a la transformación hace mucho tiempo, dejando a la militancia en un rol pasivo de solo apoyar las medidas que toman los funcionarios. Milei, en cambio, convoca a todos a ser parte de una épica, que es, según él, la destrucción de una clase política que hace mucho tiempo no logra resolver los problemas de la sociedad”.

El discurso negacionista entra en esta idiosincrasia. Muchos jóvenes, criados bajo la idea de que las consignas de los organismos forman parte del “curro de los derechos humanos”, como afirmó el ex presidente Mauricio Macri alguna vez, adhieren al negacionismo como una expresión política que viene a romper con el “marxismo cultural” –como lo define Milei– de la militancia del campo progresista.

“Hoy la revolución es ser de derecha.” Así lo resumió Álvaro Zicarelli, joven escritor y referente de la agrupación La Nueva Centroderecha, en una entrevista para elDiarioAR en 2021.

¿La juventud es de derecha?

Este sábado 16 de septiembre se cumplen 47 años de La Noche de los Lápices. Ese fue el nombre que recibió el operativo hecho por el Batallón 601, en el que secuestraron a nueve estudiantes de distintos colegios de la ciudad de La Plata, militantes en sus centros de estudiantes y de diversas organizaciones políticas de la época. En cada aniversario, estudiantes de todo el país marchan en reclamo de memoria, verdad y justicia, y en reivindicación de la lucha del movimiento estudiantil. En el conurbano, estudiantes platenses y de distintos distritos se movilizan en el centro la capital bonaerense a modo de homenaje. Esta es la representación simbólica del movimiento estudiantil en democracia.

“Los 16 de septiembre resultan muy significativos para mí. Aquellos pibes son el ejemplo histórico de resistencia y lucha sin miedo, que lucharon por lo que se cree justo y llegando a poner su vida en juego, incluso”, dice Facundo Ferrando, secretario adjunto de la Federación de Estudiantes Secundarios de la provincia de Buenos Aires, el joven armado de distintas organizaciones políticas y coordinadoras estudiantiles del territorio bonaerense. “Y ese valor es algo que debemos recuperar como juventud: el sentir revolucionario en busca de la paz y la igualdad. Tenemos que hacer carne los ideales y no quedarnos en silencio frente a la injusticia. Creo que esa es la mejor forma de homenajearlos, jugarnos por una revolución de paz e igualdad.”

Las movilizaciones a La Plata siempre son multitudinarias. En la edición 2022, se calculó que participaron jóvenes de más de treinta centros de estudiantes de todo el conurbano bonaerense.

“El significado es organizarse y organizarse, demostrar que la juventud sigue organizada tiene que ser el objetivo. Y mostrar que la organización estudiantil de los pibes y pibas puede conseguir muchos logros”, sostiene Axel Olivera, secretario general de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES) del partido de San Martín, en la zona noroeste del Gran Buenos Aires.

Las víctimas de La Noche de los Lápices.

Los centros de estudiantes: su rol y su tarea

“El pensamiento crítico de la juventud radica en el amor y en la voz. Porque es a través de la voz y del amor que un joven elabora la capacidad de decir lo que puede llegar a estar bien y lo que puede llegar a estar mal”, aseguró Pablo Díaz, uno de los sobrevivientes de la Noche de los Lápices, ante la ronda de más de cien jóvenes reunidos en el Foro Federal de Centros de Estudiantes Secundarios celebrado en Formosa esta semana. “Ese pensamiento crítico es lo que deben generar desde los centros de estudiantes”, aconsejó.

Y es que en materia de memoria activa los centros de estudiantes de las escuelas secundarias desempeñaron un rol fundamental en estas cuatro décadas de democracia. Incluso, en algunos casos, fueron las organizaciones estudiantiles de base las que impulsaron los debates abiertos acerca de los crímenes cometidos en la dictadura, mucho más que el propio Estado. “Si algo falta, es el estudio profundo de nuestra historia y la puesta en conocimiento de estos hechos. Poco se habla de la Noche de los Lápices en algunas escuelas y eso es algo que hay que corregir” sostiene Ferrando, haciendo una autocrítica sobre la falta de activación de recursos que a veces se manifiesta en los ámbitos educativos.

La pregunta es cómo se discute contra el negacionismo. “La mejor manera de terminar con el odio y trabajar por la memoria es honrando la memoria”, sostiene Ferrando. “De nada sirve que un dirigente cobarde me hable sobre jóvenes rebeldes, si estos no convocan a la rebeldía”, agrega.

“La solución no es solamente tener memoria. Es llevarla a la práctica. Tener memoria significa pensar en los compañeros desaparecidos, pero también defendiendo a los pibes de nuestros barrios que mueren siendo víctimas del gatillo fácil. Hay que acordarse de los muertos y desaparecidos durante el Proceso, pero hay que exigirle al Estado que deje de haber muertos. Eso es tener memoria y hacer justicia”, sostiene Olivera.

Hace pocos días, un violento pasacalle apareció coronando la entrada de la Escuela de Humanidad de la Universidad Nacional de San Martín: “Ya se les acaba la universidad gratis. Milei 2023”. Con la misma violencia, en el Instituto de Formación Docente N° 113 del mismo distrito aparecieron volantes con consignas como “se les viene la noche, vas a correr zurdo sorete”.

“Reconstruir la verdadera democracia, aquella donde el gobierno hace lo que el pueblo quiere y defiende un solo interés, el del pueblo, es nuestra tarea como generación”, concluye Ferrando.

Escrito por
Francisco Kovacic González
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