Caras y Caretas empezó a editarse, una vez más, en 2005. Fue una idea de Víctor Santa María que María Seoane motorizó, tras bautizarla “La revista de la Patria”.
La Argentina estaba todavía acomodándose después de la brutal crisis de 2001. La primera redacción, ubicada sobre la calle Florida, era testigo cotidiano de las protestas de los ahorristas, infatigables.
Todo era esperanzas, sin embargo, en esos tiempos, gracias al gobierno de Néstor Kirchner, que trajo aires nuevos a la política. Y la Argentina vivía un verdadero furor por la historia, por la suya propia. Ansias por desentrañar por qué, cómo, de qué manera en este país maravilloso, que producía alimentos para millones de personas, había niños que morían de hambre. Con la lucidez que era su marca, María entendió que era el momento indicado para lanzar Caras y Caretas, la revista de la Patria, que debía indagar en las profundidades de nuestra historia para abordar las urgencias de nuestro presente. El sello, Caras y Caretas, era perfecto. Porque interpelaba la memoria de los argentinos en ese lugar indeleble y constitutivo que es la cultura: entre 1898 y 1939, se había desplegado como la primera revista masiva de la Argentina, con una fuerte impronta en la cultura y en la política.
Así salió Caras y Caretas, el 5 de julio de 2005, bajo la dirección de Felipe Pigna y con María Seoane como directora de contenidos editoriales. Un verdadero lujo.
Con la fuerza, el entusiasmo y la creatividad que la alentaban, María hizo de Caras y Caretas mucho más que una revista: un centro cultural, que convocó a las figuras más relevantes de la cultura nacional y regional. También impulsó la creación de los Premios Democracia, que desde hace 15 años el Grupo Octubre entrega a personalidades destacadas de diversos ámbitos que con su trabajo diario aportan al afianzamiento y la defensa de los valores democráticos.
María nos honró con su presencia, con su lucidez, con su pluma y con su mirada punzante de la realidad, con su compromiso y con su pasión. Escribió cientos de artículos para y desde Caras y Caretas. Fue nuestra guía, nuestra maestra, nuestra compañera.
En estos años, también publicó libros –Nosotros (2005); Amor a la Argentina (2007); El enigma Perrotta (2011); Che, Masetti, Walsh. Prensa Latina (2021)– y reeditó varios de sus clásicos maravillosos, entre los que se cuentan Todo o nada (1991), El burgués maldito (1998), El dictador (2001, en coautoría con Vicente Muleiro), El saqueo de la Argentina (2003). Entre 2009 y 2015 fue directora de Radio Nacional, función que ejerció con compromiso y responsabilidad.
Su derrotero periodístico, que comenzó en el exilio mexicano, es extenso y rico. Abarca medios como El Periodista, Sur, Noticias y Clarín, donde fue directora del inolvidable suplemento Zona. También fue columnista de Página/12.
Fue una militante inclaudicable por los derechos humanos y por la democracia, y también tuvo un fuerte compromiso con la comunicación pública, en favor de la ley de medios de la democracia.
Hoy María nos falta y no hay consuelo.
Te queremos, María, te vamos a extrañar siempre.
Tus compañeras y compañeros de Caras y Caretas