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Caras y Caretas

           

OLP, la voz de los palestinos

La figura de Yasser Arafat está indisolublemente ligada a la de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), aunque no había sido su fundador. Este hijo de un comerciante del barrio de El Sakakini, en El Cairo, originario de Gaza, y de una nativa de Jerusalén había nacido en la capital egipcia en agosto de 1929 y fue, sí, partícipe junto con Salah Khalaf y Khalil al-Wazir de la creación de Al Fatah, o simplemente Fatah, el Movimiento de Liberación Nacional Palestino.

Esta agrupación de estudiantes nacionalistas palestinos que luchaban por defender la soberanía de su pueblo luego del surgimiento del Estado de Israel, en 1948, fue concebida como un gran movimiento de resistencia laico y tuvo al principio, en 1959, como fuentes de inspiración la revolución que encabezaba el presidente egipcio Gamal Abdel Nasser y la lucha armada que se desarrollaba en Argelia y en países de América latina tras la Revolución cubana.

La OLP, concretamente, nació en 1964 al cabo de una conferencia organizada por países árabes, y en su documento fundacional se estableció que Palestina formaba parte indisoluble de la gran nación árabe y que su territorio era el que correspondía al que tenía hasta 1947, durante el período posterior a la caída del Imperio otomano y el Mandato británico. La organización, en buena medida, fue una suerte de gran frente que cobijaba a todas las fuerzas nacionalistas palestinas, donde Fatah era una de sus partes. Su primer presidente fue un abogado nacido en Líbano, Ajmad Shukairy, ungido con el apoyo de Nasser.

En 1967, en la Guerra de los Seis Días, Israel derrotó a las fuerzas de Egipto y Siria y ocupó y mantiene territorios en los Altos del Golán, Cisjordania y Gaza, por fuera de las fronteras que la ONU había reconocido mediante la Resolución 181. La OLP fue clave en una serie de acciones armadas que pusieron al movimiento que ya lideraba Arafat desde 1969, al igual que Fatah, en la lista de grupos terroristas tanto por Israel como por EE.UU. y Europa occidental.

REPRESENTANTE DEL PUEBLO PALESTINO

Así como fue un estratega militar, Arafat también tuvo dotes de negociador, y en 1974 había logrado un triunfo resonante en la séptima cumbre de la Liga Árabe en Rabat, Marruecos, que reconoció a la OLP como el “único y legítimo representante del pueblo palestino”. No tardó la Asamblea General de la ONU en otorgarle, en tal carácter, el estatus oficial de miembro observador.

Arafat y la OLP tuvieron su primera base en Jordania, de donde fueron expulsados en 1970 y pasaron a Líbano, de donde también debieron alejarse hacia Túnez en 1982 por la invasión israelí. Pero la ferocidad desatada durante esta incursión, el crecimiento de los focos de resistencia al interior y la respuesta indiscriminada de las tropas israelíes minaron la legitimidad de Tel Aviv. En este clima, en 1988, Arafat proclamó la creación del Estado palestino, algo que si bien era un objetivo de la Resolución 181, nunca se había instaurado, entre otras razones porque eso implicaba reconocer la existencia de Israel.

Se abrieron así las puertas a un escenario de diálogo entre ambas partes. Para 1993 se anuncia, en una primera instancia de esta hoja de ruta, la creación de la Autoridad Nacional Palestina, que habría de presidir el propio Arafat. Era un estadio inferior pero parte de un entendimiento que se plasmó en los Acuerdos de Oslo, que con la anuencia del presidente Bill Clinton firmaron Arafat y el primer ministro israelí, Isaac Rabin.

Fue lo más cerca que palestinos e israelíes estuvieron de una paz duradera. Por estos acuerdos se debían ir transfiriendo facultades de autogobierno a la ANP en Cisjordania y Gaza durante un lapso de cinco años, hasta la firma de un documento definitivo. Tanto la seguridad interior como las relaciones exteriores quedaban a cargo de Israel; a cambio, las organizaciones palestinas reconocían la existencia del Estado de Israel.

Arafat recibió fuertes críticas por lo que parecía un renunciamiento a sus viejas aspiraciones y las del nacionalismo árabe. Pero también el jefe de gobierno israelí fue muy cuestionado por su supuesta debilidad. La historia sigue así: el líder de la OLP y Rabin fueron premiados en 1994 con el Nobel de la Paz por ese histórico gesto. Un año después, en noviembre de 1994, Rabin fue asesinado por un extremista israelí al finalizar un acto en reivindicación de esos acuerdos en la Plaza de los Reyes de Israel de Tel Aviv.

Arafat, en tanto, apenas pudo consolidarse, mientras en Israel seguía creciendo la vertiente más reactiva a una solución al conflicto en Medio Oriente. Una manifestación tajante de esto es que a fines de 2001 el entonces primer ministro Ariel Sharón declaró a la ANP una “organización que apoya al terrorismo” y ordenó atacar objetivos de la ANP en Gaza y Cisjordania. “Desde nuestro punto de vista, Arafat ha dejado de existir. Punto.” ¿Qué había pasado?

EL FIN DEL ENTENDIMIENTO

El gobierno de Sharón había denunciado a una treintena de palestinos acusados de haber cometido atentados en Israel durante la segunda Intifada. Arafat afirmó a principios de diciembre que las fuerzas de seguridad de la ANP habían detenido a 17 de los que figuraban en la lista que le habían hecho llegar desde la diplomacia de EE.UU. Su mensaje fue claro ante la televisión de Israel: “Tiendo la mano al pueblo israelí para la paz, por el bien de nuestros niños y de los suyos (…) Estoy dispuesto a aplicar todos los acuerdos firmados”. Para Sharón, los detenidos no eran los verdaderos extremistas y era todo un engaño, por lo que decretó el confinamiento de Arafat en su reducto de Ramallah, poniendo punto final de facto a los Acuerdos de Oslo.

El líder palestino fue quedando opacado por la evidente debilidad en que lo dejaban las acciones de Israel y los nulos resultados obtenidos con su estrategia acuerdista. En octubre de 2004, Arafat fue trasladado en estado desesperante al hospital militar de Percy, en cercanías de París, Francia, donde murió el 11 de noviembre de ese año, según el informe oficial, por una hemorragia cerebral. Una investigación que publicó la cadena Al Jazeera determinó que habría sido envenado con polonio-210, un material altamente radiactivo.

Lo reemplazó Mahmud Abás, quien tampoco pudo cumplir con el objetivo de darles un Estado a los palestinos. En 2005, Fatah ganó las elecciones presidenciales, mientras que en 2006 Hamas se alzó con las parlamentarias. Bajo la presidencia de Abás, Ismail Haniya asumió como primer ministro de la ANP. Pero EE.UU., la Unión Europea e Israel desconocieron el gobierno porque para ellos Hamas seguía siendo un grupo terrorista. Fatah se sumó al rechazo. Desde 2007, Gaza está bajo control de Hamas. El resto es historia más reciente. El final, incierto.

Escrito por
Alberto López Girondo
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