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Caras y Caretas

           

“Queremos seguir viviendo en democracia”

Izq a der: Raquel Marizcurrena, Estela Carlotto, Berta Shubarof

Tiene esa rara combinación que aúna la dulzura de una abuela y la severidad de una directora de escuela. Estela de Carlotto suele decir que ella es una maestra y no una política aunque sea una de las mujeres más reconocidas de las últimas décadas. A los 93, se ríe con una risa fresca y asegura que “hay tantas, tantas cosas hermosas dentro de nuestra piel” y que a las tristezas se las borra trabajando. Hace unos días, la candidata a vicepresidenta de un partido de ultraderecha la insultó a ella y a la memoria de su hija Laura. Estela, empecinadamente, se niega a nombrarla y dice: “Hay que saber votar”.

–¿Podés contarme algunos hitos de las Abuelas?

–Las Abuelas tenemos 45 años de lucha, un poco más algunas, otras se acercaron cuando pudieron y entendieron. Cuando alguien no volvía a la casa y sabían que era un militante político, era una conmoción familiar enorme y dolorosa. Al principio no sabíamos qué hacer. Lo más importante que hicimos fue unirnos, hicimos una alianza entre las que teníamos el mismo dolor, la misma búsqueda sin que importara su cultura, su religión, su pensamiento. Con que nos contara que no había vuelto su hijo, su hija, era suficiente para abrirle los brazos. Hoy quedamos muy poquitas. Sin embargo, esa sólida unidad se mantiene con las que ya no están porque las recordamos, las extrañamos.

–¿Cómo funciona Abuelas hoy?

–Las que estamos hacemos lo que podemos. Hace unos años, viendo que el número de Abuelas ya no alcanzaba para tener una comisión directiva completa, decidimos abrirla. Hoy somos solo dos abuelas, la presidenta y la vice, y el resto son los nietos que hemos encontrado. Han asumido el rol nuestro para buscar a sus hermanos, como dicen ellos. Son muy inteligentes, muy modernos, muy exigidos para todo lo que hacen. Para nosotras es una satisfacción enorme saber que el día que no esté ninguna de nosotras, ellos van a seguir buscando a los que faltan. Porque de los quinientos que calculamos hemos encontrado a 136. Faltan muchísimos.

–¿Cuál fue la estrategia para encontrarlos?

–Encontrarlos no es producto de un milagro sino de la perseverancia, la resistencia y el amor. Nosotras no odiamos, no tenemos sentimientos de venganza ni de revancha. Creemos firmemente en la justicia y en no perder la memoria.

–Eso parecía hasta hace unos meses un sentido común inconmovible.

–Vemos, en este momento de conmoción política, de elecciones, que hay algunos despreciables personajes que hablan de que no son 30 mil, que estamos mintiendo; lo que vemos es el desprecio a la verdad. Y eso duele porque no vamos a mentir ni decir cosas que no son. La ausencia de nuestros hijos fue y es tremenda. Aunque se haya recuperado el cuerpo, como en mi caso, que recuperé el cuerpo de Laura. Aunque sepa dónde están sus restos y pueda llevar una flor, hacer una oración, eso no conforma. ¡No poder verla!

–Sin embargo, siempre tenés una sonrisa.

–Es que a la vez que tenemos este gran dolor, también tenemos una gran persistencia. Y sobre todo tenemos alegría de vivir. Cuando podemos hacemos cosas que nos alegran, que nos conforman, que nos divierten. Por eso está el teatro, está la danza. Hay tantas cosas hermosas dentro de nuestra piel.

¿Cómo es vivir siendo la presidenta de Abuelas?

–Yo siempre fui vicepresidenta. Luego, cuando la presidenta se fue, me eligieron para ese cargo. La responsabilidad era mucha y la presencia también. Me gusta conversar sanamente y contar las cosas sin ninguna mala intención. Mi carácter es así. Hemos viajado siempre de a dos por todo el mundo, de manera que nos conocen. Hay mucho mérito en la persistencia, en la manera en que hicimos y hacemos nuestra búsqueda.

–Todo eso fue puesto en duda por una persona que incluso se atrevió a insultarte. ¿Qué se proponen?

–Parece mentira que nos ataque una persona de nuestro propio país. No sé si les dolió más a los que me quieren que a mí misma. Porque viniendo de quien viene, no me importa. El ataque es lo de menos porque no vivimos de eso. Vivimos de nuestra propia decisión, que es no dejar de buscar a nuestros nietos nunca.

–¿Está en riesgo la democracia?

–Tenemos la democracia más larga de nuestra historia. Tenemos que cuidarla porque hay unos mensajes y unos soñadores de poder que asustan. No quiero nombrarlos porque no vale la pena. ¡Lo que dicen que van a hacer si ganan! Por un lado, es muy perverso. Por el otro, es tan irregular, tan absurdo. Una se dice que si llegáramos a tener un presidente, una vicepresidenta o lo que fuere de esa calidad, este país sucumbiría. Ya estamos en un momento bastante serio y preocupante, tanto económico como cultural. Hay que brindar esclarecimiento a quienes dicen que no vale la pena votar, a los desengañados. Hay que reforzar que queremos seguir viviendo en democracia.

–¿Cómo surgieron esos personajes?

–Creo que es porque hemos tenido muchas contradicciones de lo que se considera una vida normal. Me refiero al covid y a tantas enfermedades, a las inundaciones, a la sequía. Todo eso ha hecho que nuestro país perdiera algo de su calidad. Lo notable es que ya se ha recuperado, solo que no se dice. Y ahora hay que sostener la democracia. Estamos en plenos días de votar. Rogamos que el sentido común de los argentinos quede en evidencia.

–Hablabas de seguir buscando a los nietos.

–¿Sabés qué bien nos hace la unidad? Nosotras vamos a seguir buscando a los nietos, nos están esperando, lo vemos cuando los encontramos. Con el último ocurrió algo espléndido. El hijo de Santucho, que tiene a su padre y sus hermanos que lo buscaban. Es un muchacho tan agradable, tan delicado, tan bueno. Es fantástico haberlo encontrado, y que además encontramos a alguien fantástico. Todo eso nos reanima a seguir.

–¿No siempre es tan fácil vincularse?

–Hubo casos en que dio bastante trabajo para que la persona encontrada entendiera quién era porque estaba muy sometida al apropiador. Pero las tristezas hay que borrarlas trabajando. Necesitamos unidad, amor, respeto por el otro y, si me permitís, que sepan votar: que piensen quién va a dirigir cuatro años el destino de nuestro país.

Escrito por
Olga Viglieca
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