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Caras y Caretas

           

Escribir o no escribir, esa es la cuestión

Mucho más que un manual, porque contiene consejos de escritores, anécdotas y vivencias, acaba de editarse el segundo volumen de Cómo escribir. Consejos sobre escritura, con la participación de muchos de los grandes autores de la escena actual de la literatura argentina.

La última publicación de la editorial China persiste en uno de sus peculiares intereses: el más o menos misterioso acto de escribir, y el hecho que, en cierta manera, se desprende de él: el de ser escritor, o escritora. Durante 2021, justamente, vio la luz Para ser escritor, el texto de Dorothea Brande que ahondaba en técnicas, tanto escriturales como vitales, para regar con eficacia la flora inconsciente –esa inagotable fuente de material literario– del escritor en ciernes. A seis años de Cómo escribir. Consejos sobre escritura, se publica el volumen número dos, con nuevas perspectivas y aproximaciones sobre el tema en cuestión.

Miscelánea, en verdad, de consejos, decálogos, tips y breves ensayos, el libro gira en torno de la génesis escritural, sus razones y los caprichos inherentes a ciertos géneros. Varios y reconocidos son los autores participantes que reflexionan sobre la escritura y que, sin saberlo o sabiéndolo –poco importa– espejan con sus palabras su propia obra y su personal cosmovisión.

Entre otros, Gustavo Nielsen y Andrés Neuman ahondan en los mecanismos lábiles del cuento (“Velocidad de las tortugas”, “Cuentos de reglamentos simples”), Mariano Quirós relata su experiencia infantil al cruzarse por primera vez con un escritor (“De las maneras improbables de hacerse escritor”), Fabián Casas regala un decálogo muy propio (“Diez tips para escribir”) y Marcelo Cohen especula con su seso habitual (“Notas sobre literatura, riesgo y beneficio”).

Por su parte, otro grupo de autores se embarca en los heterogéneos orígenes y en las personales búsquedas que la escritura, algo insondablemente, implica. Para Jorge Consiglio se trata, en principio, de perseguir la musicalidad, el tono (“Escribir”) y para María Teresa Andruetto supone una amena tensión. Dice: “En esa lucha entre conocer el oficio para ponerlo al servicio del deseo y someter el deseo a una escritura de oficio está, me parece, el fermento de una obra” (“Cuerpos y escritura”). Y Lamberti, poseso, confiesa: “Escribo (…) porque en ciertos momentos de la escritura misma sentí que ya no era yo, que era nada más que un secretario de andá a saber qué entidades del inframundo que estaban usándome. Y eso vale un poquito más que una beca, una nota en el diario o un premio. Es la religión, hermano”.

Se entiende que cualquier escritor debe allanar su propio camino. Y suele decirse, a su vez, que la contracara de un verdadero autor es la de un lector perspicaz. Para los que tienen ínfulas de escritor, leer a los que escriben (y leerlos cuando hablan sobre, precisamente, su trabajo) tal vez ilumine las curvas arteras y los tramos peligrosos de esa ruta, frecuentemente obsesiva, que es la fatigosa escritura de ficción.

Cómo escribir. Consejos sobre escritura. Vol. II

 AA. VV.  

China Editora

Escrito por
Tomás Villegas
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