Tres meses después de su regreso a la Argentina, Juan Domingo Perón ganaba las terceras elecciones presidenciales de su vida. En esta oportunidad conformó la fórmula con su esposa, María Estela Martínez, y ganó con el 62 por ciento de los votos, llevando la boleta del Frente Justicialista de Liberación. Por la UCR se presentaron Balbín-De la Rúa, obteniendo el 24 por ciento; Manrique- Martínez Raymonda consiguieron el 12 por ciento para la Alianza Popular Federalista y, Coral-Páez el 1,50, para el Partido Socialista de los Trabajadores.
El 23 de septiembre de 1973 se concretaron los comicios que llevarían la fórmula Perón-Perón a la Casa Rosada tras el llamado a elecciones de Raúl Lastiri, el presidente de la Cámara de Diputados. Lastiri había quedado a cargo del país tras la renuncia de Héctor Cámpora y su vicepresidente, Vicente Solano Lima, quienes dejaron el gobierno cuando el General anunció que estaba dispuesto a volver a la presidencia de la República.
Dos días después de los comicios se produjo el asesinato de José Ignacio Rucci -no asumido pero responsabilidad de Montoneros- y fue el elemento que terminó de dividir al movimiento peronista. Perón afianzó sus posiciones de derecha, alejándose de la JP. La derecha avanzaba en toda la región: Chile, Brasil, Paraguay y Bolivia habían sufrido golpes de Estado propiciados por los Estados Unidos y, en nuestro país, comenzaba a actuar la Alianza Anticomunista Argentina, comandada por José «El Brujo» López Rega, el ministro de Bienstar Social en quien se apoyaba cada vez más el presidente. Bajo la AAA comenzaron las torturas, las desapariciones y los asesinatos.
Mientras crecían el ERP y Montoneros, Perón apoyó una reforma al Código Penal que endureció las penas por «delitos cometidos por grupos guerrilleros» y las luchas gremiales. En el acto del Día del Trabajador de 1974, desde la columna de Montoneros se cantó «¿Qué pasa General, que está lleno de gorilas el gobierno popular?”. Los calificativos que usó Perón quedarían en la historia. “Imberbes y estúpidos” llamó a quienes cantaban, que inmediatamente se fueron de la Plaza.
En materia económico el Pacto Social encabezado por el ministro de Economía, José Ber Gelbard, logró alcanzar el famoso fifty-fifty (la igualdad en el reparto de las ganancias entre empresarios y trabajadores). Pero la espiral inflacionaria complicó el plan de Gelbard.
El 12 de junio, Perón habló en público por última vez. Fue en el acto de la CGT y el dirigente lo asumió como una suerte de despedida. «Yo llevo en mis oídos la más maravillosa música que es, para mí, la palabra del pueblo argentino», dijo entonces. También llamó a preservar las conquistas laborales. Murió unas semanas después, el 1 de julio, a los 78 años. Lo sucedió «Isabelita», quien le dio vía libre a López Rega. El país entraría pronto en un caos político que derivaría en el fatídico golpe de Estado de 1976 que agravaría mucho más la situación.