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Caras y Caretas

           

El hecho fortuito y la melodía equivocada

El director y dramaturgo Fernando Lozano habla sobre el reestreno de su obra, que aborda las tensiones entre lo que somos y lo que queremos ser, y las posibilidades inesperadas de la existencia.

Porgy se siente insatisfecho. Clara ríe permanentemente y hace chistes, se viste de fiesta y bebe. El encuentro misterioso y profundo entre ambos seres determina otra realidad, una realidad por la que Bess, esposa de Porgy, nunca deja de preguntarse. Escrita y dirigida por Fernando Lozano, Melodía equivocada enfrenta al público con la importancia de aquello que a veces se quiere soslayar, y pone de manifiesto la existencia de tantas historias como se desee creer. Con actuación de Julia Funari, Sergio Lozano, Mercedes Mastropierro y Pablo Mónaco, la obra reestrenó ayer en La Terlulia (Gallo 826, CABA), donde se presentará todos los jueves hasta el 28 de septiembre.

Caras y Caretas estuvo presente en el estreno, el 5 de mayo, y en el reestreno, donde entrevistó al director y dramaturgo Fernando Lozano.

–¿Cómo surgió esta obra? ¿Y la elección de los personajes?

–A los cincuenta años me echaron de un lugar donde había trabajado durante doce. A partir de esto, me encontré en una situación de tener que conseguir cada vez más trabajo para poder subsistir, con el agravante de que a los cincuenta años no te toman en ningún lado. Mientras, amigos míos estaban cada vez más cómodos económicamente, viajando, etcétera. En este contexto, yo podía entrar en una depresión sublime o canalizar mediante la escritura, y me pareció mejor esta opción. Estos temas se encuentran en Melodía equivocada pero con un toque de humor, con la idea de desdramatizar. Los personajes de la obra superaron los cincuenta años y se encuentran en esta situación: no son lo que quieren ser; cómo manejar, entonces, la frustración de saber que no vas a ser el que vos querías. Los dos personajes principales aparecieron y estaban rápidamente, y eso lo escribí en el taller de Alejandro Tantanian. Fui avanzando con esos dos personajes y me di cuenta de que faltaba algo, había algo que tenía que aparecer que los atravesara a ellos de un lado a otro. Terminé el taller de Tanta y no había aparecido el tercer personaje y la obra durmió un rato. Estuve muchos años con Alejandro Tantanian, siete u ocho, y luego hice un taller con Mariana Mazover. En el taller de Mariana Mazover empezó a aparecer en mi cabeza esto de que te ocurra un hecho fortuito en un lugar inapropiado, un lugar en donde sea difícil justificar que estás. Así aparece el tercer personaje, que atraviesa toda la obra, que la empieza y la termina y que viene a jugar un poco con eso. Fue un proceso largo el de la obra, la “tallereé” un año y medio en lo de Tanta, luego en el taller de Mariana. Cuando salí de ahí, se las hice leer a conocidos y conocidas, que me tiraron cierta data de este nuevo personaje. Fue un proceso largo que finalmente pudo ver la luz. Por otro lado, la idea era estrenar en septiembre de 2020 pero la pandemia no lo permitió. El teatro donde íbamos a estrenar cerró y no volvió a abrir. Nos pasaron muchas cosas personales realmente importantes a cada uno de nosotros, hasta que finalmente pudimos concretar el estreno en mayo de este año.

–¿Cómo fue esta concreción, estas funciones, salir a la cancha nuevamente?

–Estrenamos el 5 de mayo y realizamos trece funciones, nos fue muy bien. El teatro tenía pactado con otro elenco otro estreno para ese horario y tuvimos que cambiar de día y horario, así que ahora nuevamente arrancando e intentando instalar los jueves a las 20.30.

–Asistí a dos funciones: en una los espectadores reían mucho y en la otra lloraban, estaba silenciosos, tiesos. ¿Cómo es esa ambivalencia que provoca la obra?

–A veces hay un público más teatral que se permite reír de cosas fuertes y a veces hay un público menos teatral que, ante ciertas situaciones, no se ríe por esto que nos enseñan de que no debemos reírnos de cosas densas. La obra juega todo el tiempo con un humor que camina por los bordes de la densidad, alguna gente tiene la libertad para reírse más allá del trasfondo y hay otra gente que no. Eso es lo que le da al teatro algo tan particular, cada función varía y lo que completa el público en el hecho teatral es tan diferente cada vez…

–La obra habla de lo que esperamos y lo que sucede finalmente, expectativa versus realidad ¿Cómo se dio eso en el caso de Melodía equivocada?

–La verdad es que después de tanto tiempo que la obra estuvo guardada, tenía muchos deseos de que la obra se viera, se mostrara. Uno empieza escribiendo algo en una computadora y luego ves el trabajo de los actores, gente riéndose o emocionándose, hay algo en eso que es muy especial. Yo quería poder hacerla, mostrarla, después de estar tanto tiempo postergada. En un momento dado, durante la pandemia, pensé que nunca se iba a hacer, por eso lo que quería era que se estrenara. Y lo que me devolvió la obra fue la respuesta de la gente. La gente más allá de si se ríe o llora, o si se emociona más o menos, a la gente le gusta. Nos han tratado muy bien las críticas y estoy muy contento porque pude tener la escenografía que quería, los actores que quería, pude tener el músico que quería, entonces me parece que dada la crisis que vivimos por la pandemia, esperaba solamente poder concretar la obra y lo que se terminó dando es mucho más de lo que esperaba.

–¿Cómo surgió la idea de poner música en escena?

–Mientras escribía solía poner un tema de Keith Jarret, “The Melody at Night with You”, era un tema que me ponía directamente en clima y cuando apareció este tercer personaje, tenía que haber música. No concebía este personaje sin música y para escribirlo ponía este álbum, que es un solo de piano, Keith Jarret solo tocando. Me parecía que estaba bueno, que completaba el personaje y es así cómo surge el piano en la obra. Este tercer personaje, a diferencia de los otros dos, es mucho más poético en sus textos y la música viene a completar cada una de sus palabras. No son viables uno sin el otro. Siempre imaginé música vinculada al jazz y la verdad que pude concretar un músico en escena, completando este personaje.

–¿Qué esperan de este reestreno?

–Todos queremos seguir. Desde ese deseo aceptamos reestrenar los jueves porque queremos que más gente vea la obra y porque confiamos mucho en la obra y en las actuaciones. Se generó un todo en el cual confiamos. Tres meses nos parecieron poco y queremos más. ¡Allí vamos!

Escrito por
Daniela Lozano
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