Con los datos consolidados a marzo de 2022, el empleo registrado en el sector privado ya hilvanó quince meses consecutivos de crecimiento mensual y la tendencia continúa, sumando también abril, un mes cuyas mediciones preliminares marcan un nuevo avance respecto de marzo.
En concreto, entonces, desde enero de 2021 se observa una dinámica de crecimiento del empleo asalariado privado, un suceso poco habitual en la historia económica reciente del país.
De hecho, según datos del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación, desde 2012 no se observaba un período tan prolongado de crecimiento mensual en el empleo asalariado.
El resultado de esta tendencia es que, según datos oficiales del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), unas 243.000 personas accedieron a un puesto de trabajo asalariado en el sector formal de la economía desde enero de 2021. Esto es en la medición en términos netos, es decir, considerando altas y bajas, porque en un mercado laboral activo como el argentino, siempre hay gente que consigue un nuevo empleo y otra que lo deja.
Los datos de abril, por su parte, indican que el nivel de empleo privado registrado y relevado en la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL) del Ministerio de Trabajo –empresas de más de diez empleados en plantilla– tuvo un crecimiento marginal de 0,1 por ciento en relación con el mes anterior.
Así, se mantiene otro mes en terreno positivo, aunque claramente se ve una desaceleración del ritmo de crecimiento mensual del empleo privado en blanco, que venía creciendo a niveles del 0,4/0,5 por ciento a fines de 2021.
En el medio, también hay algún componente estacional, dado que comparando con los meses de abril de años anteriores “se observa la primera variación mayor a cero desde abril de 2011, cuando se registró un crecimiento de similar magnitud al actual”, remarcó un informe del Ministerio de Trabajo.
Adiós pandemia
El dato más relevante, en tanto, es que la caída del empleo durante la pandemia ya es cosa del pasado. “La consolidación del proceso de creación del empleo formal privado durante los últimos meses permitió recuperar la totalidad del trabajo registrado perdido durante la pandemia y una parte del trabajo formal desvinculado a lo largo del año 2019”, indicó la cartera laboral.
La cantidad de trabajadoras y trabajadores registrados en el sector privado ya se ubica 1,4 por ciento por encima del nivel de febrero de 2020, justo antes de la irrupción de la pandemia de covid-19. A nivel país esto supone la creación de 82.000 puestos de trabajo formales en el sector privado.
Es importante aclarar esto, porque en los análisis que suelen hacerse sobre el tema se enfatiza en general que en los últimos años “el único empleo que se genera es en el sector público o como autónomo/monotributista”.
Algo de esto hay, pero no totalmente, como muestran las cifras del Ministerio de Trabajo. Según el último relevamiento sobre el mercado de trabajo difundido la semana pasada por el Indec, tres de cada cuatro personas ocupadas al cierre del primer trimestre del año tenían un trabajo asalariado –sector público + privado–, mientras que casi un cuarto corresponde a trabajadores por cuenta propia (autónomos y monotributistas) y el resto son patrones.
Los datos concretos indican que mientras en el primer trimestre de 2021 los asalariados representaban el 71,8 por ciento de los ocupados, en el primer trimestre de este año ese guarismo había subido a 73,5 por ciento.
En tanto, los cuentapropistas bajaron de 24,4 a 23,1 por ciento en el mismo período, mientras que los patrones se mantuvieron entre 3,1 en 2021 y 3 por ciento este año.
Pero si se compara cuánto de ese trabajo asalariado se desarrolla en empresas privadas y cuánto en el sector público, se observa que en el período enero-marzo de 2021 los privados representaban el 79,7 por ciento, en tanto el 19,1 lo hacía en establecimientos púbicos. Un año después, esa relación pasó a 81 por ciento en privados y 17,4 en públicos.
Experiencia negativa
En relación a la experiencia durante los años del gobierno de Cambiemos, los datos parecen bastante claros, recordando que en 2018 y 2019 “el número de personas con empleo asalariado registrado privado se contrajo en 21 de los 24 meses”, señala el informe de la cartera laboral.
Al respecto, desde del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) aseguran que “incluso habiendo recuperado la totalidad de puestos vigentes a comienzos de 2020, el nivel alcanzado resulta estructuralmente bajo dado que, previo al inicio de la pandemia, el empleo privado ya se encontraba en una situación crítica”.
Y atribuye esto a la “crisis del gobierno de Cambiemos”, que significó la destrucción neta de 275 mil puestos (a diciembre 2019). “A marzo de 2022 solo se han recuperado 82 mil puestos por encima del mínimo registrado durante la pandemia.”
Desde el mínimo producido por la pandemia en julio de 2020 hasta marzo de 2022, se recuperaron 268 mil puestos de trabajo, remarcó CEPA. Con este dato, “si bien se recuperó lo perdido en la pandemia, aún faltaría recuperar 193 mil puestos para alcanzar los niveles de empleo previos a la crisis del gobierno de Cambiemos”, estiman en el centro de estudios.
En esta mejora general del mercado de trabajo, sobresale el empleo generado en la construcción, la industria manufacturera y el comercio mayorista y minorista, especialmente.
Como sea, el punto clave hoy es lo que se espera hacia adelante, y allí también hay noticias positivas. La Encuesta de Expectativas de Empleo que en forma trimestral elabora la consultora especializada ManpowerGroup en cuarenta países señala que, en la Argentina, la expectativa neta de empleo (ENE) para el trimestre julio-septiembre es de +21 por ciento, un incremento de 8 puntos porcentuales en relación con la medición anterior.
El valor de la ENE se obtiene al tomar el porcentaje de empleadores que espera incrementar sus plantillas y restar el porcentaje de aquellos que proyectan una disminución durante el próximo trimestre. En este caso, en el país se encuestó a unas 800 empresas de todos los tamaños y regiones del país.
De los resultados se desprende que el 36 por ciento de los empleadores consultados tiene previsto aumentar sus dotaciones de personal, mientras que el 19 por ciento prevé disminuirlas, el 37 no espera realizar cambios y el 8 restante no sabe qué hará entre los meses de julio y septiembre.
“La predicción de los empleadores argentinos para el próximo trimestre refleja un repunte en las intenciones de contratación, especialmente en los sectores Banca y Finanzas y Educación y Salud, y en las regiones Cuyo y NOA”, destacó Luis Guastini, director general de ManpowerGroup Argentina.
Este dato positivo, sin embargo, tiene una contraparte: el país tiene un desempeño deslucido a nivel regional. Pese a la mejora en el plano local, “las expectativas de empleo en la Argentina siguen ocupando el último lugar en la región, demostrando que el crecimiento aún es moderado”, indicó el informe.
“Toda la región tiene algún grado de incertidumbre –señaló Guastini–, pero en el caso de la Argentina las respuestas parecerían estar vinculadas a la percepción de las empresas después de varios años de enfriamiento de la economía, más el impacto de la inflación.”