I- ACTUACIÓN DE GÜEMES
Es un honor escribir en la revista Caras y Caretas sobre nuestro héroe nacional Martín Miguel de Güemes. Lo hago desde un rol institucional, aunque esta representación que ejerzo circunstancialmente no es lo que sustenta mi admiración por nuestro héroe. Desde chico en mi querida Salta, recorriendo sus cerros, entre valles, punas y selvas, escuchando a mis maestros y mayores, conversando con los campesinos y los hombres de a caballo, fui descubriendo en ellos las raíces vivas de la tradición gaucha.
Un Güemes al que la historia le fue dando el lugar que le correspondía. Su reconocimiento no surgió de imposiciones, de conspiraciones ni de usos políticos. Al irse conociendo a través del tiempo su vocación patriota, su valiente entrega en todo el país y casi a contrapelo de la narración oficial del siglo XX, comenzó a extenderse la admiración por la gesta del salteño.
Un Güemes que tenía en claro la necesidad de lograr la independencia de España, enfrentando un contexto internacional complejo en el marco de la restauración monárquica europea. A su vez, sabía de la necesidad de conformar una nación a partir de instituciones republicanas ajustadas a derecho. Tareas difíciles, porque además del enemigo externo, debía evitar ser usado por los intereses sectarios del país, que no profesaban los mismos objetivos.
Con valor y determinación, pero también con prudencia y templanza, Güemes navegaba entre esas corrientes turbulentas. Como nadie, dio su vida en la lucha de la independencia, sin sucumbir a los cantos de sirenas que venían de los caudillos del litoral y sin resentirse por los terribles y pertinaces ataques y desestabilizaciones surgidas del poder central. Con esa convicción logró, por ejemplo, la determinante y poco conocida Paz de los Cerrillos con Rondeau, que encarnaba como nadie al poder central. Ese acuerdo fue el que permitió la inmediata Declaración de la Independencia en Tucumán.
Tuvo un profundo sentido social, que plasmó en la suspensión del pago de los arriendos rurales de las tierras que ocupaban los gauchos. Esta medida se fundamentó como una forma de retribución hacia esos guerreros que no recibían paga por sus servicios para el país, pero a la vez no podían trabajar el suelo que ocupaban, por lo que fue un acto de justicia la suspensión temporal del pago por el uso de la tierra. Esta disposición se completaba con el Fuero Gaucho, que era una suerte de jurisdicción especial para esas milicias cívicas, en épocas de guerra.
Como gobernador electo popularmente por aclamación, quizás el primero en el país, fue respetuoso del orden legal existente de un incipiente sistema republicano. Nunca persiguió a sus adversarios, que en algunos casos establecían alianzas con los realistas en perjuicio del país. Incluso ante comprobadas traiciones, no a él sino a la Patria, perdonó esas faltas y mantuvo el diálogo con esos opositores.
II- SU RECONOCIMIENTO
No fue fácil alcanzar el reconocimiento de Güemes, tal como se lo observa en la actualidad. A la titánica tarea de Bernardo Frías, que con dedicación absoluta escribió a comienzos del siglo XX la extraordinaria obra Historia del general Martín Güemes y de la provincia de Salta, o sea de la Independencia nacional, en seis tomos, debemos sumarle la temprana defensa y valorización de la guerra gaucha por parte de hombres comprometidos, como Alberdi, Vélez Sarsfield y José Hernández, entre otros.
Fue así como la identidad y memoria del norte, del país profundo, se fue expandiendo por toda la Argentina, a la vez que crecía la reivindicación de Güemes como sostén, junto a San Martín y Belgrano, del proceso independentista de Sudamérica.
La tarea de los historiadores, la persistente evocación de los gauchos y la adhesión popular contribuyeron a que se promulgue la Ley Nº 26.125, en 2006, que lo declaró héroe nacional y destacó que don Martín Miguel de Güemes es el único general argentino muerto en acción de guerra, en la epopeya de la emancipación del continente americano. A través de la Ley 27.258, en 2016 se estableció el 17 de junio como feriado nacional, en conmemoración de la muerte del general, en un paso más para que el héroe salteño recupere el lugar que le corresponde entre los héroes de la Patria. A su vez, la provincia de Salta declaró a 2021, mediante el decreto Nº 55/2021, “Año del Bicentenario del Paso a la Inmortalidad del Héroe Nacional General Martín Miguel de Güemes”.
III- EL PRESENTE Y LOS CAMINOS SEÑALADOS
Nuestra conmemoración de Güemes y de la epopeya gaucha no sólo está orientada a un reconocimiento de ese patriotismo, sino también al de los valores que de él extraemos para nuestra época. En tiempos tan difíciles como los que nos tocan vivir, cuando la sociedad necesita de solidaridad, de comprensión, de cuidar al otro, la entrega de aquellos gauchos es un modelo a imitar porque nos señalan un camino de construcción de comunidad. ¿Cómo actuaría Güemes hoy? ¿Cómo cuidaría a su gente, a su país? ¿Cómo construiría patria en estos tiempos?
En ese sentido, señalo tres valores. El primero, la importancia que le daba Güemes al diálogo, al consenso, a la cultura del encuentro (que siempre nuestro querido papa Francisco nos recomienda). Sobre nuestro héroe podríamos citar múltiples ejemplos al respecto, pero es destacable el encuentro de Yatasto.
El encuentro de Yatasto se produjo en enero de 1814 entre el general Manuel Belgrano, que venía derrotado desde el Alto Perú, y el entonces coronel José de San Martín. Este último había sido enviado con una columna de auxilio desde Buenos Aires, siendo en ese lugar, según la tradición, donde se trazaron las estrategias del Plan Continental.
En Yatasto, Martín Miguel de Güemes recibió de San Martín el cargo de comandante de las avanzadas del río Juramento, con el objetivo de resistir los embates de las tropas realistas provenientes del Alto Perú. Ya lo manifestaba en una carta a Belgrano en 1818: “Yo le aseguro a usted, bajo mi palabra de honor, que no tiene la Capital provincia más unida a ella que la de Salta, y que así como fue la primera en seguirla ha de ser eterna su unión”.
Por otro lado, rescato el reconocimiento a las mujeres que en aquella época lucharon denodadamente por la independencia. Esas mujeres con su coraje, con su diplomacia, con su visión estratégica, ocuparon un lugar en la historia, y fue el héroe gaucho quien las reconoció como verdaderas heroínas de la Independencia.
Desde su madre, Magdalena Goyechea, que lo acompañó y asistió en su camino militar, hasta su hermana Macacha, que lideraba un verdadero ejército de mujeres que desarrollaban tareas estratégicas y logísticas. Su rol en la ya mencionada Paz de los Cerrillos fue fundamental.
Juana Azurduy de Padilla participó en numerosas batallas, con absoluta entrega y valentía, ascendida póstumamente al grado de general, continuó en la lucha aun luego de la muerte de sus hijos.
También debemos mencionar a Juana Moro, Loreto Sánchez, Gertrudis Medeiros, Juana Robles, Emeteria Pacheco de Melo, Martina Silva de Gurruchaga, Petrona Arias y Andrea Zenarrusa, entre otras.
Con justicia, Bernardo Frías escribió: “Todas las revoluciones, conjuraciones y sediciones ocurridas en Salta, desde el comienzo de la guerra de la independencia hasta la caída del gobernador Latorre, en 1835, fueron hechas por las mujeres, que habían tomado la política como oficio propio”.
También cabe mencionar el sentido y la visión de unidad nacional que Güemes defendió con su vida. Él, aun a veces contra sus propias convicciones (como cuando hizo jurar la Constitución Unitaria de 1819), sostenía que la única posibilidad del objetivo independentista y de la conformación nacional era logrando la unidad.
IV- GÜEMES, EL HÉROE DE LA GENTE
Quiero celebrar el carácter de Güemes de héroe nacional y latinoamericano. No pertenece sólo a Salta, no fue un caudillo regional. Su visión, sus objetivos, excedían el interés local, tenía en miras la nación, e incluso la Patria Grande.
En este 2021, la celebración de Güemes pasa por la restitución entre nosotros de los valores que él encarna: el diálogo, la celebración de acuerdos, la visión estratégica del país, el reconocimiento del rol de las mujeres y otros de profundo sentido social. De esas raíces podrá nutrirse, con más libertad, solidaridad e igualdad, nuestro futuro.
Hoy podemos celebrar con orgullo que Güemes es salteño, pero mucho más, Güemes es argentino.