En el mismo momento en que la juventud maravillosa se acercaba a Gaspar Campos a vitorear a su líder, a pocas cuadras de allí la policía enloquecía tratando de atrapar a un asesino serial.
El teniente Roberto Bravo fue uno de los asesinos de los evadidos del penal de Rawson en 1972. Logró eludir a la Justicia hasta que hace poco más de un mes fue condenado en Estados Unidos y ahora se espera su extradición a nuestro país.
El temible José López Rega le hizo una oferta que no podía rechazar. Ante esta situación, Quino se “exilió” en Italia.
Antes de convertirse en un famoso cantante de tangos, Gardel solía ganarse la vida con artilugios non sanctos. Sus contactos políticos le permitieron borrar su prontuario.
En la Década Infame, Atahualpa Yupanqui participó de una sublevación contra las autoridades. Uno de sus correligionarios terminó en la banda del bandido Segundo David Peralta.
El capitán Pedro Giachino fue el primer soldado argentino caído en combate en la guerra de Malvinas. Fue considerado un patriota. Sin embargo, cargaba con la condena de su oscuro pasado.
Después de huir del penal de Trelew, en 1972, un grupo de guerrilleros tomó un avión hacia Chile. Salvador Allende les dio el salvoconducto para escapar a Cuba.
En las tierras de Manuel Puig, un viejo vecino
de su infancia terminó sin vida por consumir veneno no tan accidentalmente.
Hace más de diez años la moda de los ciber y los juegos en línea atraía a miles de jóvenes y adolescentes. En algunos casos esto fue aprovechado por grupos de abusadores sexuales.
El crimen de Mariano Ferreyra se produjo días antes del fallecimiento de Néstor Kirchner, que pasó su última semana intentando encontrar a los culpables.