La fuga de capitales y la deuda externa fueron factores determinantes para el colapso del sistema político argentino. Pero también, lejos de irse todos, fue la propia política quien lo reconstruyó.
Tras el fin de la convertibilidad y la crisis económica y social que gatilló, ya nada fue igual en el país. Pero veinte años después aún se mantienen algunos de los ejes que derivaron en ese colapso.
El éxito económico de este año se juega en domar a la inflación y en una negociación beneficiosa de un nuevo programa con el FMI. Una clave es aumentar la oferta de dólares, el talón de Aquiles de la economía argentina.