Una vez más, la Argentina se debate entre las necesarias inversiones para apuntalar el ciclo virtuoso de crecimiento económico y los temores por el impacto de las actividades productivas a nivel ambiental.
Podría decirse también que es una oposición discursiva y argumentativa entre la veta petrolera como potencial generadora de dólares –por cierto, urgentes para el país– y la nueva agenda que caló hondo en jóvenes y sectores progresistas de la sociedad.
Para muchos argentinos parece una remake de las posiciones casi irreconciliables planteadas a partir de 2003 por la instalación de las pasteras a la vera del río Uruguay, que terminó con el cierre en 2006 del Puente Internacional Libertador General San Martín en Gualeguaychú, o las posiciones divergentes sobre la actividad minera en Chubut en 2001 y también recientemente, por citar algunos casos paradigmáticos.
En materia de petróleo, todo empezó el 30 de diciembre pasado, al publicarse en el Boletín Oficial la Resolución 436/2021 del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Humano, que daba por terminada la suspensión de la evaluación de impacto ambiental para la prospección sísmica offshore en el Mar Argentino.
En la práctica, la resolución autoriza a la empresa Equinor Argentina (de capitales noruegos) a hacer los trabajos de exploración sísmica en la Cuenca Argentina Norte (Áreas CAN 108, CAN 100 y CAN 114). En estas actividades, Equinor estará asociada a YPF y Shell Argentina.
Tan pronto como se conoció el levantamiento de las restricciones para explorar en el mar y con la temporada estival ya lanzada en la costa bonaerense, las concentraciones y marchas de protesta de la población, preocupada por el impacto de la medida, se hicieron sentir en varios balnearios, en especial en Mar del Plata.
El caso llegó a la Justicia, al punto que el viernes 11 el juez federal de Mar del Plata Santiago Martín, a cargo de juzgado federal N° 2, dictó una medida cautelar disponiendo la inmediata suspensión del proyecto de exploración petrolera offshore.
La decisión se tomó tras la presentación de dos entidades ambientalistas (Greenpeace Argentina y Organización de Ambientalistas Organizados), y del propio intendente de General Pueyrredón, Guillermo Montenegro.
Así, lo que parece un tecnicismo en la resolución es visto por algunos sectores de la sociedad como la puerta de ingreso a la exploración y futura explotación del Mar Argentino a gran escala.
Tanto el Gobierno como expertos en la industria petrolera señalan, por su parte, que en la Argentina hace décadas que se explora el mar en plataformas offshore, e incluso en la cuenca austral viene desarrollándose un amplio y productivo programa de extracción y producción, sin costo ambiental.
A través de la evaluación sísmica, se recolectarán datos sobre las características de la plataforma submarina, que permitirán determinar el potencial de producción y los recursos disponibles, así como la factibilidad técnica y económica de extraerlos y convertirlos en reservas.
¿Economía vs medio ambiente?
Al trascender la habilitación a la exploración sísmica, la Asociación Argentina de Capitanes, Pilotos y Patrones de Pesca (AACPyPP) formalizó pedidos de audiencia al Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, la Secretaría de Energía y a la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura.

“No nos oponemos a la realización de actividades de exploración hidrocarburífera en el Mar Argentino, sino que las mismas deben cumplir con los requerimientos necesarios para garantizar la preservación del ecosistema marino de las zonas a prospectar, lo que no parece ocurrir en el proyecto de la empresa Equinor recientemente aprobado”, aseguró Jorge Frías, secretario general de AACPyPP.
Además, unas trescientas personalidades del ámbito de la cultura, incluyendo científicos, escritores, periodistas, artistas, músicos y directores de cine, firmaron en enero la iniciativa “Mirá”, una campaña destinada a “cuidar el mar, nuestras poblaciones y territorios”.
Algunos de los firmantes son León Gieco, Ricardo Darín, Mempo Giardinelli, Guillermo Saccomanno, Darío Sztajnszrajber, Lucrecia Martel, Dolores Fonzi, Inés Estévez, Verónica Llinás, Natalia Oreiro, Daniel Grinbank, Érica Rivas, Rita Segato, Nora Cortiñas, Adolfo Pérez Esquivel y Samanta Schweblin, entre otros.
Entre quienes apoyan la iniciativa, se expresó el ex secretario de Energía del gobierno de Cambiemos, Javier Iguacel, quien señaló que “hay mucha desinformación malintencionada. Se dice que la sísmica va a matar los peces. En los últimos años, se hicieron cientos de miles de kilómetros de sísmica, sin impacto”.
También defendió la exploración offshore el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, quien aseguró: “No estamos discutiendo que se haga sin que nos importe nada, está 400 kilómetros mar adentro, no en la costa”. Y explicó que “hoy cerca del 20 por ciento del gas que la Argentina consume y produce proviene de explotaciones offshore y no ha habido ningún inconveniente”.
Por su parte, Jorge Lapeña, ex secretario de Energía y presidente de YPF durante el gobierno de Raúl Alfonsín, señaló que “el proyecto exploratorio en el mar debe continuar; necesitamos descubrir yacimientos de hidrocarburos de (bajo) costo para reemplazar los viejos yacimientos de alto costo. La Argentina ejerce legítimamente su derechos soberanos”.
Y también se conoció un documento del grupo Ciencia y Técnica Argentina (CyTA) titulado “La explotación petrolera y sus riesgos. Energía, desarrollo y pobreza”, expresando su apoyo a la iniciativa a través de firmas como Adrián Paenza, Adriana Serquis, Alberto Kornblihtt, Andrea Gamarnik, Dora Barrancos, Roberto Salvarezza, Noé Jitrik y Jorge Geffner, entre otros.
El proyecto
Fuentes de Equinor, empresa con experiencia en el Mar del Norte y el PreSal brasileño, afirmaron que el área de adquisición para la prospección sísmica abarca unos 6.245 kilómetros cuadrados (Área CAN 100-108) y está ubicada a partir de trescientos kilómetros lejos de la costa de Mar del Plata.
En cuanto a la superficie que se espera explorar en el Área CAN 114, son unos 3.443 kilómetros cuadrados, localizados a unos cuatrocientos kilómetros de Necochea, también en el litoral Atlántico.
Según el portal especializado Más Energía (+e), “el relevamiento sísmico está planificado por un plazo de cinco meses en el segundo semestre del año, con lo cual de comenzar en octubre de 2022 como se prevé, debería completarse en marzo de 2023 y a partir de ahí el procesamiento de los datos sísmicos demandará más de un año”.

Por lo pronto, vale echar una mirada al vecindario. El caso más reciente es el PreSal en Brasil, a doscientos kilómetros de Río de Janeiro. Es un gigantesco yacimiento de petróleo en la plataforma submarina, entre bloques de sal, que la semiestatal Petrobras descubrió en 2007.
“El PreSal es una dádiva de Dios, una riqueza que bien explotada y administrada puede impulsar grandes transformaciones en el país, mejorando las condiciones de vida de nuestro pueblo (…) Esto confirma que Dios es brasileño”, dijo emocionado el entonces presidente Lula da Silva.
El aporte del PreSal para el desarrollo de Brasil se expresa en ingresos directos para el Estado, vía regalías y ventas de petróleo. Pero también por la política de Compre Nacional (exige un 60 por ciento de equipos nacionales), generando empleo e impuestos en el país.
A esto se suma la obligatoriedad de invertir un porcentaje del ingreso en investigación y desarrollo (I+D), el impulso a la industria naval nacional y que los recursos que recibe el Estado van a un Fondo Social para financiar la inversión en educación, ciencia y tecnología, cuidado del medio ambiente y el combate al hambre y la pobreza.