El juicio oral demostró que Alfredo Yabrán había sido quien tomó la demencial determinación de castigar al fotógrafo que había capturado su imagen para la tapa del 3 de marzo de 1996 y que lo volvía a investigar ese verano.
Noticias venía informando sobre su poder económico y político desde 1991. Avanzaba en solitario para averiguar hasta dónde se extendían las redes de un hombre casi desconocido para el gran público. Colegas de otros medios nos decían que tenían expresa prohibición de nombrarlo. En un gran diario, el mito era tal que se decía que, de escribirse el apellido Yabrán en la computadora, el monitor se encargaría de borrarlo.
Para la mayoría de los argentinos, lo extraño fue despertarse un día de noviembre de 1994 escuchando que el ministro Domingo Cavallo denunciaba a Alfredo Yabrán por una infinidad de delitos que, de ser cierta una cuarta parte, lo convertían en un temible capomafia. Y en ese caso, la pregunta del ciudadano común podría haber sido: “Este hombre no se convirtió en un Padrino de un día para otro. Entonces, ¿por qué ni la Justicia, ni el poder político, ni los medios lo dijeron antes?”.
En un encuentro que los directivos de Noticias, Héctor D’Amico y quien escribe, tuvimos con Yabrán, este señaló que existía una conspiración en su contra, y que detrás de la avanzada de Cavallo estaban la empresa Federal Express y la Embajada de los Estados Unidos. Sin embargo, a diferencia de lo que Noticias ya había publicado, no poseía ninguna causa abierta en ese país, ni por narcotráfico ni por otro motivo.
Frente a las investigaciones de Noticias que lo mostraban como dueño de un imperio económico, aunque algunas empresas no estuvieran a su nombre, respondió: “Primero les digo que no es verdad. Segundo, digo: si fuesen mías, ¿cuál sería el delito?”.
Este es un extracto del cuestionario que fue la base de la nota de tapa del 27 de agosto de 1995, titulada “Yabrán le contesta a Cavallo”.
Noticias: –Cuando nos vimos en noviembre del año pasado, usted dijo “Esta vez gana Cavallo”. ¿Qué dice ahora?
Yabrán: –Con el autoritarismo sin réplica del ministro es muy difícil que gane la razón. Lo más probable es que gane Cavallo.
Noticias: –¿No teme que al insistir en no mostrarse públicamente se sigan alimentando los rumores sobre su persona?
Yabrán: –No aspiro a ser un hombre público, de modo que no veo por qué no resguardar mi privacidad.
Noticias: –¿Cómo explica que, habiéndose desligado usted siempre de las empresas Edcadassa, Intercargo e Interbaires, Erman González haya dicho que lo conoció personalmente cuando era ministro de Defensa y usted iba a hablarle sobre las acciones de esas empresas?
Yabrán: –La vinculación que me atribuyeron a estas empresas me trajo muchos dolores de cabeza, por lo que intenté acercar a las partes buscando la solución al problema.
Noticias: –¿Tiene amigos y enemigos en el poder?
Yabrán: –Conozco al presidente Menem y confío en su gestión. Tengo con él la relación que tienen muchos otros empresarios importantes de la Argentina (…) Mi vocación es generar amigos. No busco enemigos, pero pretender ocupar un lugar en la sociedad provoca roces.
En esa misma edición se incluía otra nota desconcertante: mientras el ministro de Economía denunciaba una estructura mafiosa que tenía como vértice a Alfredo Yabrán, el Presidente viajaba en los aviones privados del empresario. Diez días antes, Menem afirmó: “No conozco a la mafia de la que habló el ministro” y atribuyó la denuncia al carácter de Cavallo. Lo dijo en una conferencia de prensa desde Anillaco, La Rioja.
Lo que Noticias descubrió era que había viajado allí a bordo de un jet Cessna Citation LV-WMT, un taxi aéreo perteneciente a Lanolec, otra firma que funcionaba en las oficinas de Viamonte 352 de la ciudad de Buenos Aires, el búnker en el cual se concentraban todas las empresas de Yabrán. Las que reconocía y las otras.
Al conmemorarse en enero de 2010 un nuevo aniversario de su muerte, la página editorial de Noticias se tituló “¿Cuándo murió Cabezas?”. La sensación que siempre tuvimos y seguimos teniendo es que a José Luis lo empezaron a transformar en víctima el día en que el poder político y la mayoría de los medios de comunicación decidieron mirar hacia otro lado ante el sistema mafioso que crecía, comandado por Alfredo Yabrán.
Extraído del libro Noticias bajo fuego. Sombras e intrigas del poder real en la Argentina (Planeta, 2011).