El conflicto se había iniciado el 2 de diciembre de 1918, ya que los patrones de los talleres Vasena no respondían a las demandas de los obreros, quienes intentaban conseguir una jornada laboral de 8 horas, condiciones de salubridad durante sus tareas y un salario justo. El 7 de enero de 1919, varios camiones de las fuerzas represivas atacaron un piquete de huelguistas y mataron a cuatro personas, dejando además 30 heridos. Fue el debut de la criminal «Liga Patriótica Argentina», de Manuel Carlés y otros porteños conservadores. El 9 de enero los guardias de la empresa reprimieron al cortejo fúnebre que se dirigía al cementerio y fueron asesinados un número no determinado de trabajadores, mientras que los cuerpos de los primeros cuatro caídos no pudieron ser sepultados. La respuesta de los obreros de este taller ubicado en el sur de la ciudad de Buenos Aires fue profundizar la huelga, que se extendió en forma solidaria en muchas ciudades de todo el país. El sábado 11 de enero, las fuerzas de seguridad hicieron razias en las viviendas de los empleados de la empresa acompañados por los parapoliciales de la Liga Patriótica: los “defensores de la familia y las buenas costumbres” golpearon y violaron a muchas mujeres y niños.
El lunes 13, el gobierno radical de Hipólito Yrigoyen y la empresa se vieron forzados a firmar un acuerdo con los sindicalistas de la Federación Libertaria Argentina (FORA). Ese pacto reconoce los reclamos de los trabajadores, ordena la libertad de dos mil detenidos y la reincorporación de los despedidos.
La edición Nº 1.059 de Caras y Caretas, del 18 de enero de 1919, le dio una cobertura de 19 páginas a esta lucha, que siguió todos los acontecimientos del conflicto.



