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Caras y Caretas

           

ASTOR PIAZZOLLA Y EL TANGO

Bandoneonista, director, compositor y arreglador.

Primer concepto. El arte es producto de su época y, además, expresa su tiempo.

Segundo concepto. El hombre se debate entre dos fuerzas de sentido opuesto: una lo impulsa a repetir estímulos agradables (son conocidos y, por lo tanto, seguros); otra lo estimula a lo diferente, lo desconocido, el riesgo. He aquí el dilema: cuando me gusta algo, ¿por qué me gusta? Cuando elijo, expreso algo, ¿qué energía impulsa esta decisión?

HISTORIA

El tango alcanza su plenitud hacia fines de los años 50. Su evolución llegó a la cúspide con Aníbal Troilo, Osvaldo Pugliese, Horacio Salgán y los demás contemporáneos.

Según el primer concepto, esta música es producto de su época: circunstancias sociales, acontecimientos, nociones, emociones y anhelos de su gente.

Es entonces cuando Astor Piazzolla propone su música, cuando presenta su conflictivo “nuevo tango”.

Según el segundo concepto, entonces, es prudente deducir que en él ha actuado la fuerza innovadora, el riesgo a lo desconocido.

¿Y en los oyentes? A juzgar por los acontecimientos, queda claro que algunos optaron por lo seguro y se refugiaron en la tradición. Otros, en cambio, alentaron esta nueva estética, a veces con vehemencia, a veces con cautela.

DIFERENCIAS

Primera. Piazzolla propone una música “pura”, sólo para oír, cancelando la posibilidad del baile, hecho que desconecta lo popular de su naturaleza (el tango ha sido bailable desde sus inicios). Adquiere categoría de música “erudita”, ya no expresa al barrio sino a la gran ciudad.

Segunda. El arte se modifica en el tiempo a través de un grupo de artistas que representan y testimonian su época. El tango también ha hecho esto hasta la aparición de Piazzolla, que impone su estética individual.

HOY Y DESPUÉS

Del pasado del tango nadie tiene dudas, habrá que construir el futuro.

En un mundo orientado al consumo indiscriminado, donde las fronteras se diluyen, es difícil, al menos para mí, imaginarlo.

Después de todo, qué suerte haber tenido a un músico como Astor Piazzolla, que nos impulsó a lo desconocido.

Gracias, querido Astor.

Escrito por
Rodolfo Mederos
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