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Caras y Caretas

           

El San Martín cumple 60 y festeja

Ícono de la ciudad, el gran teatro público de Buenos Aires prepara una serie de actividades virtuales para celebrar en cuarentena sus seis décadas de vida. Un recorrido por la historia de este emblema de la cultura porteña.

Hace 60 años, la avenida Corrientes se convertía en la protagonista de la escena cultural porteña. El 25 de mayo de 1960 se inauguró, en el corazón del centro de la ciudad de Buenos Aires, el edificio ideado por los arquitectos Mario Roberto Álvarez y Macedonio Oscar Ruiz, que dio vida de manera oficial al Teatro San Martín.

Desde ese entonces, el gran teatro público de la ciudad dio lugar a los más grandes espectáculos y artistas, locales e internacionales. Alfredo Alcón, Roberto Carnaghi, Eleonora Wexler y Muriel Santa Ana son sólo algunos de los nombres de los intérpretes nacionales que transitaron sus escenarios. La lista de compañías y directores del mundo que han pasado por el teatro es tan extensa como admirable.

El San Martín cumple seis décadas no sólo como teatro, sino como toda una institución al servicio de la cultura, un espacio donde convergen ideales y cosmovisiones sobre el arte y la sociedad.

FESTEJO EN CUARENTENA

Este 2020, la pandemia de Covid-19 alertó a toda la población y las medidas de aislamiento adoptadas por los gobiernos modificaron sustancialmente la vida cotidiana. Aun así, el Complejo Teatral de Buenos Aires no dejará de lado la celebración por el aniversario, y para hacerle frente al coronavirus, preparó una serie de actividades que podrán disfrutarse a través de su web, junto con Cultura en Casa, una iniciativa del Ministerio de Cultura porteño para compartir distintas expresiones artísticas con los espectadores de forma virtual.

“Queremos hacer un homenaje a la vida del San Martín, por todo lo que, como teatro, nos ha dado al público, a la ciudad y a la Argentina”, comenta Jorge Telerman, director del Complejo Teatral de Buenos Aires. De esta manera, la cultura se acercará a los espectadores respondiendo al gran cambio de paradigma tecnológico que manda en este siglo XXI: un ciclo de obras destacadas que podrá ser visto vía streaming, un recorrido fotográfico por los 60 años de historia será lanzado en la web. También habrá producciones audiovisuales realizadas por el Ballet Contemporáneo y el Grupo de Titiriteros, tan representativos del teatro. A su vez, se dictará una serie de actividades para niños y adultos mayores, a cargo del Área de Formación Artística.

El aislamiento social obligatorio impuesto a principios de marzo generó un cambio sin precedentes en el país. Fue así que cientos de desarrollos tecnológicos que ya venían gestándose con anterioridad ahora se aceleraron a un ritmo exponencial. La revolución digital alcanza todos los rincones, y el circuito teatral no se queda atrás.

“Siendo un teatro tan abierto en todo sentido, a las innovaciones, a las temáticas, al público, pensamos en abrir todo ese patrimonio histórico del Centro de Documentación y digitalizarlo”, comenta Telerman, y añade: “Eso que iba a ser una actividad desarrollada en el tiempo, la hemos tomado como central ahora”.

Si bien desde el Complejo esperan con ansias retomar las actividades en forma presencial y física, es un hecho que la innovación tecnológica llegó para quedarse. “Siempre me he situado del lado optimista de los cambios tecnológicos. Los artistas, con esa creatividad que lleva a los seres humanos a hacer arte o a consumirlo, han sabido incorporar los desarrollos tecnológicos y devolverlos con riqueza”, opina el ex jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, que cuenta con una larga trayectoria en el circuito cultural porteño. “Todo eso que hemos hecho a las apuradas por la emergencia ha tenido consecuencias beneficiosas impensadas, no solamente para ampliar públicos, sino también para incorporar herramientas creativas y nuevos formatos”, sostiene.

UN EMBLEMA DEL TEATRO PORTEÑO

La importancia que cobra el teatro no se debe sólo a la cantidad de tiempo que lleva activo, sino más bien a todos los sucesos de los que fue testigo y escenario principal durante el siglo XX. El San Martín es una insignia de la dramaturgia nacional que, a nivel histórico, dio lugar a grandes espectáculos, pero que principalmente encarna una visión sobre toda la cultura argentina.

Su verdadero inicio se remonta a la primera mitad del siglo XX, cuando en 1944 se inauguró el Teatro Municipal de Buenos Aires, cuya finalidad era el fomento y la difusión del teatro argentino. Recién en 1950 recibió el nombre que persiste hasta la actualidad, en homenaje al centenario del fallecimiento del general San Martín.

Álvarez y Ruiz fueron los arquitectos encargados de dar vida al gigantesco edificio de más de 30 mil metros cuadrados distribuidos en trece pisos, además de los cuatro subsuelos. Si bien comenzó a operar un año después de la inauguración, desde aquel entonces, el Teatro San Martín se posicionó como uno de los centros culturales más influyentes de toda Latinoamérica. Fue dos años más tarde, en 1962, que comenzó la proyección de los otros dos edificios que hoy componen el Centro Cultural General San Martín (CCGSM), inaugurado finalmente en 1970.

Un año más tarde, en 1971, llegó Kive Staiff, el director más famoso que tuvo el Teatro San Martín durante 30 años y con él, la época dorada. Staiff asumió la dirección de la institución en 1971, en medio de cambios políticos intensos. En 1976, durante la dictadura cívico-militar, el cargo le fue nuevamente ofrecido, y aceptó. Tres años más tarde, por iniciativa suya, se inauguró la tercera sala, la Antonio Cunill Cabanellas, en homenaje al director catalán.

Ícono de la dirección y la gestión teatral, Staiff siempre mantuvo una visión muy especial acerca del rol que debía tener el teatro para con su público y la sociedad en general: el objetivo era que fuese una necesidad. “Era su visión acerca no sólo del teatro sino de la cultura en general. Hoy en día no está considerada algo primordial pero para él era así, sin duda”, afirma Eliana Staiff, una de sus hijas.

Quienes mantuvieron contacto con el San Martín por aquellos años de gobierno militar lo consideraban una isla, en la que muchos artistas eran refugiados, cuenta Eliana que, si bien era muy pequeña, recuerda las historias que su padre le contaba. “Siempre hubo mucho compromiso con los derechos humanos”, comenta.

LA CULTURA EN DEMOCRACIA

La época dorada llegó junto con la vuelta a la democracia. La primavera alfonsinista trajo consigo un aluvión de producciones culturales que dieron al teatro los mejores años de su trayectoria. Fue durante este período que se creó el elenco de Ballet Contemporáneo y el Grupo de Titiriteros, y que llegaron los grandes nombres de la escena mundial, como Tadeusz Kantor y Kazuo Ohno.

En 2017, el Teatro San Martín fue reinaugurado tras haber sido reacondicionado en una obra que duró más de 18 meses. Los planes para modernizarlo venían gestándose desde principios de siglo, alrededor de 2005, aunque habían sido frenados durante la primera gestión del PRO en la ciudad por falta de presupuesto.

“Previo a nuestra intervención se ejecutaron obras parciales muy importantes. Pero es innegable que el deterioro general era muy profundo y exigía una acción integral”, explica Sonia Terreno, arquitecta y directora de la obra de remodelación del teatro en 2017. Luego cuenta que si bien “la obra fue un enorme desafío”, el objetivo se cumplió: “Hoy el San Martín luce dignamente sus 60 años”, señala.

Jorge Telerman reflexiona sobre las seis décadas de este edificio, y lo que hoy persiste, más allá de todas las refacciones: “Permanece esa maravillosa tensión entre la tradición y la innovación”. Y después afirma: “Se fortaleció el tomar al San Martín como un lugar de encuentro, donde uno va no necesariamente sabiendo qué va a ir a ver, pero sabiendo que va a encontrar algo que lo va a satisfacer”.

Escrito por
Chiara Finocchiaro
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