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Caras y Caretas

           

“El peronismo es el único que puede cambiar las cosas”

Para Roberto Baschetti, la vida dura de Perón en la Patagonia forjó su carácter e hizo que su movimiento fuera capaz de sobrevivir ante todo tipo de persecuciones.

Militante de toda la vida. Investigador y recopilador de probablemente el mayor archivo documental del peronismo, Roberto Baschetti aporta su enfoque histórico con un ojo puesto en el presente.

–¿Qué aspecto de Perón y el peronismo se puede invocar en una coyuntura como la actual?

–La verdad es que en la historia hubo momentos incluso mucho más difíciles que este, que vaya uno a saber en qué se va a traducir –porque es un final abierto–; sino que también hubo persecuciones, bombardeos, asesinatos, fusilamientos clandestinos, secuestrados desaparecidos, y sin embargo el pueblo siguió adelante y se regeneró. Me parece que esta no va a ser la excepción. Cuando John William Cooke decía que el peronismo es un gigante miope e invertebrado, tenía razón, porque el peronismo, con todas esas falencias, sigue siendo la fuerza mayoritaria en la Argentina y no hay ninguna duda de que es el único que puede cambiar las cosas y hacer un fondo revolucionario, que no significa tirar un viejo por la ventana todos los días, como decía Perón, ni tampoco salir a disparar armas: se entiende por revolucionario cambiar la estructura de un sistema social y político injusto que nos llevó a esta situación. Ahora, no es gratuito. A Perón le costó 18 años de exilio, le costó la violencia que lo echó del poder, el bombardeo; a Evita le costó el secuestro de su cadáver. A Cristina le costó un intento de magnicidio y ni hablemos de la cantidad de compañeros que fueron secuestrados desaparecidos en los 70.

–¿A qué aspectos de su vida se puede atribuir la personalidad de Perón y su capacidad de liderazgo?

–Hay un libro que yo siempre lo tengo a mano que es Yo, Perón, de Enrique Pavón Pereyra, su biógrafo, que llegó a ser director de la Biblioteca Nacional, que en uno de los capítulos habla de la infancia y la juventud. Durante más de 30 años Perón fue el político argentino más importante en el concierto nacional e internacional y el más relevante del siglo 20 y aun desde el destierro siguió manejando la política argentina. Yo me pregunto: ¿qué fuerza interior motivaba a Perón para seguir adelante en los momentos más aciagos? ¿En qué reservas mentales abrevaba para no desfallecer ante el infortunio circunstancial? Perón pasó su infancia en tierras patagónicas, en Chubut, en un paraje denominado Sierra Cuadrada, donde su padre Mario Tomás disponía de un establecimiento ganadero. Un terreno duro, inhóspito. Un lugar donde son más los que se van que los que se quedan. Pero el que se queda, el que se impone a ese medio ambiente forja un arrojo, una disciplina, un carácter, hasta una tozudez que lo acompañará hasta el fin de sus días. Creo que Perón se formó así. Lo social también fue parte de su vida sureña. En medio del desierto y la desolación convivió con peones e indios y supo de las postergaciones de unos y la indigencia de otros, y él se propuso cambiar esa realidad cuando llegara el momento. Yo recuerdo una anécdota (que figura en esa biografía), que este joven Perón en una sola actitud demostró qué iba a ser y qué iba a hacer en su vida, cuando le regaló a unos paisanos del lugar unos objetos muy preciados que guardaba desde niño. Cuando le preguntaron por qué esa actitud de desprendimiento, dijo tal cual: “Yo conservo todo lo que soy”. Otra anécdota que está en las páginas de este libro la relata el propio Perón: “Cierta noche antes de acostarnos (…) mi padre dijo: ‘¿Saben por qué en el campo la soledad es más grande que el horizonte? Porque el General Roca asesinó a los únicos seres humanos de esta llanura. Tanto es así que entregaron la vida luchando por su tierra. Ahora sus hijos son parias sin destino. Roca les robó la tierra y la repartió entre sus lugartenientes. La mayoría la vendió a los acaudalados porteños. Así nació la oligarquía terrateniente que sumergió al descendiente del aborigen aún más con el transcurso del tiempo y que limitó posteriormente el acceso político de la inmigración europea a la propiedad de la tierra. Ese es el origen de la pobreza de la gente’, nos decía. Los pobres de hoy”, dice Perón, “son tratados como extraños en la tierra de sus antepasados”. En eso se forjó Perón.

–Recientemente su archivo desmitificó la supuesta filiación nazi del peronismo, una acusación recurrente.

–Es cierto, porque fijate que en el momento en que termina la Segunda Guerra Mundial, con la desaparición del nazismo, aunque parezca difícil creerlo hay tres países que miran a futuro como para ser potencia. Algunas en beneficio de las naciones del pueblo, como la Argentina, y otras por el predominio del mundo, como va a ser la Unión Soviética y los Estados Unidos. Recordá que mientras EE.UU. estaba sacando el Sabre, el avión a reacción, los rusos tenían el Mig19 y nosotros habíamos sacado el Pulqui. O sea que estábamos a la altura de esas dos potencias. Entonces, Perón siendo pragmático, a muchos de esos ingenieros sobre todo de aeronáutica les da alojamiento en la Argentina para que sigan con su investigación que nos potenciaría aún más. Ahora, para la historia oficial, cuando esos científicos alemanes que trabajaban para el nazismo era que estaban arrepentidos, cuando van a Rusia es porque los valoraban por lo que podían aportar, y los que venían acá eran nazis. Los demás no eran nazis. Pero después hay otra cosa importante, ¿cuánta gente sabe que en la primera Argentina de Perón existió la Organización Israelita Argentina (OIA)? Eran los pequeños y medianos empresarios y a su vez los trabajadores de origen judío escapados de guerras y pogroms que vienen a la Argentina y se sienten peronistas porque el peronismo les da todos los derechos y las pymes porque evidentemente pueden producir. Hay fotos de ese Perón compartiendo con la OIA cenas, discursos. Pero parece que eso no existe ni se conoce. Tengo un folleto hecho por la DAIA en ese momento hablando muy bien de Perón. Qué nazi raro, ¿no?

–Hablando de archivo, ¿qué nos enseñan los documentos de la Resistencia para la etapa actual, que es particularmente esquiva al peronismo?

–Eso no declina nunca, por ahí hay picos o mayor conocimiento de lo que ocurre o deja de ocurrir. Silvina Garré cantaba “la verdadera historia, quien quiera oír que oiga”. Esa verdadera historia es a partir de los documentos. Me contaban que cuando se morían muchos viejos que habían sido activos partícipes de la Resistencia Peronista, y los hijos y los nietos limpiaban la pieza encontraban escondidos, o guardados arriba del ropero o en un lugar dobladito, los diarios de Perón, de Evita, la toma del frigorífico Lisandro de la Torre, los bombardeos, lo que se te ocurra. ¿Y por qué ese hombre guardaba eso? ¡Porque el peronismo le dio algo que no le dio nadie!

Escrito por
Boyanovsky Bazán
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