¿La ciudad de Buenos Aires no mira al río, o lo mira con sorna para dárselo a unos pocos? Gracias a proyectos oficiales del gobierno porteño el acceso va camino a ser cada vez más restringido, en una Capital que, a diferencia de su vecina Montevideo, las últimas décadas la muestran de espaldas a su gran espejo de agua. Pero la novedad este año fue que miles de ciudadanos parecen haber despertado y por primera vez surgió un reclamo masivo por el acceso libre y pleno al Río de la Plata que en octubre promete continuar con un segundo capítulo.
En octubre de 2020, la administración de Horacio Rodríguez Larreta aprobó en primera lectura el proyecto de modificar las normas urbanísticas y permitir la construcción de un barrio náutico nucleado en diez edificios de hasta 28,8 metros de altura, con viviendas y locales de lujo, hoteles, restaurantes, calles internas, espacio verde restringido y un helipuerto, en lo que hoy es Punta Carrasco y Costa Salguero, cuyas concesiones están vencidas. A cambio, los privados dejan un sector para que sea parque público, aunque no se especifica cómo sería. Fue la gota que rebalsó un vaso que ya venía lleno por las 400 hectáreas públicas vendidas por el macrismo desde fines de 2007.
Después de la primera lectura, venía la audiencia pública (no vinculante), obligatoria por ley. El Ejecutivo porteño decidió que fuera durante el verano del 2021, incluidas las fiestas, y por Zoom. Aun con esas restricciones, lo inesperado: se anotaron para exponer 7.053 personas nacidas en CABA. Récord histórico para la ciudad. El 97,3 por ciento se manifestó en contra de destinar las tierras a negocios inmobiliarios, y pidió que sean de uso público. Sólo 55 expositores hablaron a favor del proyecto oficial: 34 de ellos, funcionarios. También lo rechazó la Agencia Nacional de Aviación Civil (ANAC), con un informe técnico donde alertó que “vulnera los límites de altura establecidos por la superficie de ascenso en el despegue a pista 13”.
Durante su exposición, la arquitecta Bárbara Rossen, responsable del área de derechos urbanos, espacio público y ambiente en la Defensoría del Pueblo, consideró que “el argumento del jefe de gobierno de que con la venta se recuperarían 13 hectáreas de parque sin costo para los vecinos es erróneo. Perderíamos las mejores tierras de Buenos Aires a manos privadas. Sería el parque más caro de la historia”.
Fabio Márquez, licenciado en Diseño del Paisaje de la UMSA y director de la Comisión de Participación Social de la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (Acumar), agrega que “con ese proyecto va a haber frentes construidos frente al río que además van a obturar los vientos del Río de la Plata, que son los principales aportantes respecto a mejorar la calidad ambiental de la ciudad, especialmente del aire, y profundiza la inequidad en el acceso a los espacios”. Y habla de “una estrategia oficial de avanzar donde no hay suelo para tener tierra a muy bajo costo, con destino inmobiliario”.
GANARLE TIERRAS AL RÍO
“El concepto no sería que ‘la ciudad le da la espalda al río’, sino qué buscaban las autoridades nacionales o municipales cuando propusieron (y siguen proponiendo) ‘ganarle tierras al río’ –argumenta Osvaldo Guerrica Echevarría, de la agrupación Amigos del Lago de Palermo–. Ya van como 40 kilómetros cuadrados de rellenos y todos tienen su historia, desde Rosas cuando se instaló en el entonces ‘bañado de Palermo’, hasta el relleno en las adyacencias de la Casa de Gobierno para construir Puerto Madero a fines del siglo XIX.” Ya en junio de 1933 el ingeniero Carlos María Della Paolera, en una conferencia ofrecida en la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA, hablaba de “el loteo del Río de la Plata”.
Posiblemente, la avanzada de Larreta sobre las tierras ribereñas se ampara en la construcción cultural de que desde hace medio siglo la población dejó de mirar al río. Hasta los años 70, el Río de la Plata era valioso e identitario de la Capital Federal. El punto de quiebre fue la prohibición de bañarse, por la contaminación, hace casi exactos 50 años.
Márquez enfatiza: “Lo que no aparece en la escena es un compromiso del Estado por recuperar el vínculo de la gente con su río. Con Costa Salguero por primera vez hubo una manifestación pública y diversa para decir ‘queremos recuperar el vínculo’”.
En la Legislatura porteña, el bloque del FdT se hizo eco de la demanda ciudadana y presentó un proyecto de ley para crear en Costa Salguero y Punta Carrasco el Parque Costero del Río de la Plata, de acceso libre, público y gratuito, en una ciudad que tiene apenas un tercio de los 10 metros cuadrados verdes por habitante que sugiere la OMS como mínimo de condición de vida. El proyecto acaba de reunir las 40.000 firmas necesarias para que el oficialismo porteño deba aceptar su tratamiento en el recinto en sesión ordinaria.
“El modelo de ciudad del macrismo es el de la especulación inmobiliaria que avanza en el extractivismo urbano, la gentrificación, la contaminación ambiental, no pensar en construir una ciudad inclusiva y sustentable; en relación al río eso se agrava porque no se está respetando el Plan Urbano Ambiental y el artículo 8 de la Constitución de la ciudad que dice que los espacios que forman parte del contorno ribereño son públicos, y de libre acceso y circulación”, sostiene la legisladora Laura Velasco (FdT). Actualmente la venta de Costa Salguero se encuentra frenada en la Justicia, que la declaró “inconstitucional” por no ajustarse a los procesos previstos en la Constitución porteña de consulta ciudadana.
La franja de ocho kilómetros de costa ribereña en el norte de la ciudad está casi en su totalidad privatizada. Costa Salguero se enmarca en algo más amplio llamado Distrito Joven. Un polo gastronómico y nocturno apuntado a un público juvenil consumista. El río no es promovido en las políticas oficiales, ni en las escuelas ni en el turismo. Incluso llegar a él es complicado. Casi no hay líneas de colectivos que lo tengan en su recorrido.

VIENTO DEL SUR
El 15 de octubre se llevará a cabo la audiencia pública del otro gran proyecto de privatización del acceso al río en CABA, aprobado por la Legislatura porteña el 17 de agosto en primera lectura, y que puede llegar a un nivel récord de participación como su antecesor.
Se trata del predio de 71,6 hectáreas de la ex Ciudad Deportiva de Boca, propiedad del grupo IRSA desde los 90, que establecerá una suerte de Puerto Madero II, llamado Costa Urbana: el primer barrio privado de CABA con torres de hasta 45 pisos, unas seis mil viviendas suntuosas, tiendas, oficinas, hoteles, clubes deportivos y de yates, supermercados y estacionamientos, todo en un área de casi 750 mil metros cuadrados frente al río, al lado de un gran humedal y de la villa Rodrigo Bueno. Supuestamente, el 60 por ciento restante de la superficie le quedaría a la ciudad para espacio verde, en lo que supieron ser islas, anfiteatro, piletas, confiterías y parques de diversiones, y hoy son ruinas. Esas mismas ruinas que sirvieron de “excusa” para vender enormes predios del Estado durante los 90, y hoy tiene una continuación. En el oficialismo sostienen que la existencia de enormes torres y oficinas de lujo traerá más “seguridad” y “empleo” a la zona.
Para Jonatan Baldiviezo, del Observatorio del Derecho a la Ciudad, el barrio privado de IRSA en la ex Ciudad Deportiva de Boca tiene un trasfondo electoral: “Larreta busca en el sector inmobiliario, a costa de saquear y entregarles tierra pública, el financiamiento para su campaña presidencial 2023, sólo así se explica que no le importe tratar este proyecto del nuevo Puerto Madero en plena campaña electoral. Hay que recordar que su hermano fue director institucional de IRSA”.
El (no) acceso al río convive con la discusión ambiental. A pesar de tener una sentencia de la Corte Suprema que data de 2006, la cuenca Matanza-Riachuelo es una de las diez zonas más contaminadas del mundo, y desemboca en el Río de la Plata. Ya en 1811, con la presencia de mataderos y saladeros, anunciaba su “limpieza” el Primer Triunvirato. En 1881 la Cámara de Diputados de la provincia se comprometió a canalizarlo y limpiarlo.