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Caras y Caretas

           

ÚNICO, INIGUALABLE E INDISPENSABLE

Conocí personalmente a Pino en mayo de 2018 a instancias de mi tío Mario Cafiero. Mediante charlas que fueron más que interesantes, intercambiamos con Pino, Mario, Víctor Santa María y otros compañeros y compañeras, ideas sobre la unidad política del campo nacional y el peronismo.

Si había una persona con talento, esa era Fernando “Pino” Solanas. Su trayectoria cinematográfica, sus publicaciones y su discurso permitieron a muchas generaciones comprender con contenido crítico y político al peronismo. Trabajar con él por la unidad fue una de las tareas militantes más reconfortantes de mi vida. Todo un acontecimiento que jamás voy a olvidar.

No había conversación en la que faltara oportunidad para preguntarle sobre sus encuentros con Perón. “¿Qué decía el General en Puerta de Hierro mientras lo grababan? ¿Cómo te trataba? ¿Cómo eran su vida y su entorno?” Charlas en las que el tiempo parecía no pasar. Nunca faltaban sus comentarios sobre los tiros en las piernas que recibió durante el menemismo luego de haber denunciado por corrupción al entonces gobierno.

Los protocolos del cuidado que impone la pandemia producida por la covid-19 generaron una serie de cambios de hábitos que a veces cuesta dimensionar. Algunos de estos impactan sobre nuestros rituales y costumbres. Por ejemplo, no poder despedir junto a seres queridos a aquellos que fallecieron. Hacer duelo en soledad tiene sabor a injusticia. Difícil de descifrar. Me pasó junto a mi familia con la demasiada pronta partida de mi tío Mario Cafiero. Lo cierto es que en todo el mundo atravesamos un contexto extraordinario y sin antecedentes contemporáneos.

El coronavirus, enemigo invisible que no discrimina por edades o géneros, se cobró la vida de Pino.

En junio de 2018 hicimos en el Café Cultural Caras y Caretas, en San Telmo, uno de los ciclos de las charlas de “Un café por la unidad”. Venían dirigentes del campo nacional con miras al necesario armado electoral. Pino fue categórico en relación con el desastre del entonces gobierno macrista, como con la necesaria agenda o programa de unidad. Fue en aquel momento que empezó a ensayar su propuesta para un año más tarde convocar al “gran frente patriótico sin exclusiones”. Meses después daría un encendido discurso en el Senado para votar a favor del proyecto de ley por el aborto legal, seguro y gratuito que quedará en la historia. A los pocos días, un compañero me dijo: “Pino debería ser el Bernie Sanders argentino”. Lo dijo en alusión al querer simpáticamente compararlo con el veterano senador demócrata estadounidense. Más que Sanders, Pino era Pino, único, inigualable e indispensable.

En las elecciones de 2019, encabezó la nómina de diputados nacionales del Frente de Todos por el distrito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Hicimos campaña y el 27 de octubre festejamos en el barrio de Chacarita la victoria en primera vuelta de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner. Decidió no asumir su banca en el Congreso ante el ofrecimiento del presidente Alberto Fernández para desempeñarse como embajador argentino ante la Unesco. En enero de este año, y antes de que se mudara a Francia para ocupar su lugar en la Unesco, compartimos una cena en el Club Atlético Barracas Juniors junto a un grupo de militantes de Proyecto Sur de la ciudad.

Su agenda en Francia lo mantenía entusiasmado con los trabajos como embajador. Cada tanto hablábamos y le contaba todas las tareas que veníamos realizando desde el Ministerio de Defensa.

Cuando se precipitó la enfermedad de Mario y su cuadro era irreversible, hablamos por teléfono y lo sentí tan quebrado que fue imposible poder contener semejante dolor. Al mes organizó con Proyecto Sur un homenaje del cual participaron una enorme cantidad de compañeras y compañeros. Mantuvo una audiencia con el papa Francisco en Roma con la cual estaba más que entusiasmado y nos hizo llegar a la familia Cafiero una carta del santo padre por la partida de Mario.

Al poco tiempo, y por las redes, nos enteramos de que estaba internado por haberse contagiado de covid-19. Veintitrés días más tarde falleció. Qué pérdida.

Nos había quedado una cena pendiente en su casa antes de su mudanza a Francia, junto a Víctor Santa María, que producto de la pandemia no pudimos realizar.

En junio de 2018, después de una de las tantas reuniones que tuvimos, me regaló su libro El legado. Rescate del proyecto de Juan Perón. En la dedicatoria escribió: “Para el compañero Francisco Cafiero, en su tarea por la unidad del peronismo, nuestro rescate del proyecto de Perón. Un abrazo de Pino Solanas, 12/6/2018”.

No alcanzan las palabras. Pino deja un gran legado. Rescatemos el conjunto de iniciativas y enseñanzas que nos deja para construir un proyecto de país justo, libre, soberano y sin exclusiones.

Escrito por
Francisco Cafiero
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