• Buscar

Caras y Caretas

           

La gloria del alto rendimiento y las frustraciones cotidianas

zzzznacd2NOTICIAS ARGENTINAS BAIRES, DICIEMBRE 20: Una multitud salió a las calles a esperar el paso de los jugadores campeones del mundo. Foto NA: REUTERS/Agustin Marcarian TPX IMAGES OF THE DAY zzzz

El domingo 30 de octubre de 1983, en la vuelta de la democracia en la Argentina, Ubaldo Fillol, arquero campeón del mundo en 1978, es el segundo suplente en la presidencia de la mesa 39 de la Escuela N° 19 de Quilmes. “El nombramiento –le dice el Pato a El Gráfico– me alegró como ciudadano.” Será uno de los pocos campeones de Argentina 78, el Mundial en dictadura, que se reunirá años más tarde con familiares de desaparecidos. Gana Raúl Alfonsín, radical. Asume el ex rugbier Rodolfo “Michingo” O’Reilly como secretario de Deportes. Ante tanta deuda y tan poco dinero, anuncia que priorizará incluir en la práctica a los sectores más desprotegidos, que no atenderá a los que ya tienen un club. “En el Borda comen en una carretilla y vos me pedís que te pague el viaje de tu hija al Mundial de esquí”, responde O’Reilly una demanda. El programa de inclusión que lanza Alfonsín se llama “Deporte con todos”. “Son capaces de inaugurar hasta una canilla”, critica el peronismo. Como fuera, tras la noche de la dictadura (1976-1983), retorna la democracia a la Argentina. Hay votos, debates y deportes.

Pero en el Comité Olímpico Argentino continúa como presidente el coronel Antonio Rodríguez, impulsado por los militares (continuará hasta 2005). Y el genocida Carlos Lacoste se refugia en la FIFA. En la AFA ya manda, desde 1979, Julio Grondona (lo hará hasta su muerte). Cero medallas en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984 por décadas de desinversión. Ese año, un legislador porteño de la Unión Cívica Radical, Héctor Lapadú, propone prohibir el boxeo, “circo cruel y sangriento”. No lo logra. Y al año siguiente, Uby Sacco se convierte en el primer boxeador argentino campeón del mundo tras la vuelta de la democracia. Son años de Hugo Porta (en 1985, elegido mejor rugbier del mundo por la revista Midi Olympique). De Hugo Conte y la selección de vóley (al tercer puesto en el Mundial de Argentina 82 lo ratifican con el bronce en los Juegos de Seúl 88). De Gabriela Sabatini, mejor tenista argentina de todos los tiempos, plata en Seúl 88 y ganadora del US Open 90. El símbolo es Diego Maradona en México 1986, el Mundial en democracia. “La mano de Dios” y “el gol del siglo” ante Inglaterra, “venganza” deportiva de la guerra de Malvinas. Y el balcón de la Casa Rosada con Maradona y Carlos Bilardo, cedido por Alfonsín, que evita la foto. Ya en el subcampeonato de Italia 90, en la foto aparecerá Carlos Menem.

LA LEY DEL DEPORTE

A pesar de las privatizaciones, la Argentina organiza los Juegos Panamericanos de Mar del Plata 1995, sus segundos tras Buenos Aires 1951, bajo la presidencia de Juan Domingo Perón. Menem reglamenta la Ley del Deporte. Vuelven los Juegos Evita, instrumento para el desarrollo humano, solo en Buenos Aires (desde 2004, gobierno de Néstor Kirchner, a nivel nacional). Pero las políticas de Estado se vuelcan a una élite. En la tormenta neoliberal, el presupuesto para el deporte pasa de 50 millones en 1993 a 11 en 2001. Nacen Las Leonas, a selección de hockey sobre césped, plata en Sídney 2000, campeonas del mundo en Perth 2002 (volverán a consagrarse en Rosario 2010, siempre con Luciana Aymar, ocho veces mejor jugadora del mundo). Emerge la Generación Dorada del básquet, subcampeona en Estados Unidos 2002 y oro en Atenas 2004. El 28 de agosto de aquel año, la Argentina logra dos medallas de oro. Antes que el básquet gana el fútbol. Son entonces las únicas dos ligas profesionales en la Argentina. Habían pasado 52 años sin un oro olímpico argentino. Emanuel Ginóbili conquista el cielo de estrellas de la NBA. En Atenas 2004, la nadadora Georgina Bardach es bronce. La tradición democrática sitúa en el cargo de secretario de Deportes a ex deportistas. El exfutbolista Claudio Morresi, con un hermano asesinato por la dictadura, se mantiene de 2004 a 2014, con la presidenta Cristina Fernández.

TERMÓMETRO SOCIAL

La tribuna, termómetro social, deja de tener presos por cantar la marcha peronista, como los de Nueva Chicago en 1981. Pero la democracia recibe un fútbol con muertes en las canchas que decanta en la prohibición de los hinchas visitantes. Los clubes –los grandes, los de barrio–, con socios y elecciones, aún son espacios de socialización, a pesar del fantasma de las sociedades anónimas. Y son cuna de la mayoría de los campeones argentinos. De la judoca Paula Pareto (bronce en Pekín 2008 y oro en Río 2016). De Marcela “la Tigresa” Acuña, licencia N° 1 de boxeo entre las mujeres en 2001. De Omar Narváez y Sergio “Maravilla” Martínez. De Juan Martín del Potro, que gana el US Open 2009, un Grand Slam tras Guillermo Vilas, Sabatini y Gastón Gaudio (Roland Garros 2004, la final de la Legión ante Guillermo Coria). Del Potro integra el equipo que logra la única Copa Davis, en 2016. El repaso, claro, es injusto.

En cuanto a políticas deportivas, a la creación del Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Enard) como mecanismo de financiación durante el kirchnerismo se le opone la desinversión, el paso de Secretaría a “Agencia” y el intento de cierre y venta del Cenard durante la presidencia de Mauricio Macri. Pero acaso no existe una imagen más poderosa en términos democráticos que los casi siete millones de argentinos –solo en Buenos Aires– que festejaron en las calles, en éxtasis de libertad, el Mundial de Qatar 2022, la Copa del Mundo de Lionel Messi. Fue en diciembre, resignificación de un mes asociado a la crisis de 2001 y sus 39 muertos durante la represión del gobierno de Fernando de la Rúa. El deporte –el fútbol– fascina por la posibilidad de que los débiles lleguen arriba. Es su democracia. Permite ganar a los que casi siempre pierden. Y tener voz (y voto). En una cancha se suelen reducir las diferencias. La pelota como el gran igualador social.

Escrito por
Roberto Parrottino
Ver todos los artículos
Escrito por Roberto Parrottino

A %d blogueros les gusta esto: