En la primera etapa de la revista, entre 1898 y 1939, había temas de los que no se hablaba. Ni una sola letra sobre “homosexuales”, “maricas”, “homosexualidad”, “invertidos”. El sexo se dividía entre “bello sexo” o “feo sexo” y “sexo débil” o “sexo fuerte”. Lo único gay que había era el caballo Gay Hermit, que corría en el Hipódromo de Palermo a finales del 1800. Y los únicos abortos posibles eran los “naturales”, sólo mencionados para medicamentos y cinturones de dudoso origen que calmaban malestares, publicados en nuestras ediciones de enero de 1913 y de febrero de 1927.
Por suerte, los tiempos cambiaron y en 2010 estuvimos presentes con un número especial cubriendo todas las alternativas de la aprobación de la Ley de Matrimonio Igualitario, reflejada en nuestra tapa.