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Caras y Caretas

           

García Lorca en el conurbano sur

Notable adaptación de Bodas de sangre, la obra Tercer cordón del conurbano, una tragedia marrón logra trasladar el universo de la tragedia lorquiana al sur del conurbano bonaerense en diciembre de 2001.

Una de las características de las obras clásicas es que pueden ser traspuestas a distintos tiempos y diferentes culturas conservando la capacidad de interpelar a los espectadores, gracias a la persistencia de su raíz dramática y estética a lo largo de décadas, e incluso de siglos.

El grupo Los Payasos del Matute, de Gerli, ciudad que se reparte entre los partidos de Avellaneda y Lanús, supo encontrar un espacio histórico en donde hacer funcionar aquella tragedia de amores y familias. Si el original, de 1931, retrataba una España que todavía tenía sectores rurales empobrecidos, alejados de la urbanidad y la modernización, tradicionales culturalmente, atados a la tierra, a los mandatos familiares y religiosos, a la venganza como forma de justicia y a la separación de clases, hacer funcionar esa escena en el presente parece imposible. Sin embargo, lo que hace tan lograda esta adaptación de Bodas de sangre es que gran parte de estas formas de relación parecen funcionar en el escenario bonaerense del trágico 2001 argentino.

Esa obra es probablemente la más potente tragedia escrita en la modernidad. Si lo trágico es fruto de aquello que debe ocurrir inevitablemente, lo que está escrito en obligaciones de origen divino que los hombres no podían quebrar, Lorca encuentra en esas tierras alejadas de toda modernidad, en tiempos de pobreza y violencia, un espacio vital donde lo trágico –en el sentido de lo irremediable– era posible aun en el siglo XX.

Por supuesto que para sostener el núcleo estético del original se requiere un trabajo inteligente de traslación que, en Tercer cordón del conurbano, una tragedia marrón, dirigida por Paula Sánchez, se basa en encontrar las claves en el texto y el contexto que permiten resituarla casi con naturalidad. Entre las apuestas más arriesgadas está lograr una suerte de transición que desde la primera escena, que parte con un sketch físico en clave circense, logra devenir hacia el final con la tragedia en su sentido más pleno, uniendo este presente bonaerense con aquel presente granadino que cantó Lorca.

El dolor de vivir en el margen

Lo diferente en esta propuesta del grupo nacido en el conurbano bonaerense es la capacidad de integrar el trabajo físico y la marcada gestualidad del clown, con la música flamenca y la letanía del llanto, sumando a estos recursos la potencia de vestuarios que producen una extraña intersección entre los viejos atuendos originales y lo desarrapado del payaso. Todo esto es posible gracias aun equipo artístico de talentos múltiples que reponen en la escena lo trágico de la vida de las clases medias y las clases bajas aspiracionales en tiempos de corralito. Pero sus cuerpos también trabajan sobre los dolores de quienes viven en los márgenes, marcados por el imaginario sobre el peligro que se esconde tras una frontera imaginaria para cierta burguesía porteña. En este sentido la identidad plebeya del grupo, frente a lo repetitivo de cierto teatro independiente, aporta un valor que se nota en cada gesto y cada diálogo. La tragedia, que es extraña, se hace real por una identidad que esquiva impostaciones.

En la obra esto se nota no solo en el código circense que domina la puesta en escena, sino en el trabajo sobre el habla, que en los momentos adecuados reconvierte aquel castizo en verso en una rima rantifusa. El diálogo entre este lenguaje local con la música flamenca, ejecutada en vivo, mantiene presente la memoria del origen trágico, y los efectos de sonido, todos ejecutados in situ por quienes actúan, aportan un sentido de realidad que fluye en el contrapunto con el código de actuación elegido. La producción del universo sonoro tiene un valor dramático que no puede ser menospreciado a la hora de entender la eficacia de la traslación del texto al presente.

La obra avanza con mucho humor y velocidad hacia el final, hasta que explota el clímax de la tragedia. Cuando aquel bosque, en el cual el novio y Leonardo se encontrarán, se convierta en poceadas rutas bonaerenses o espacios laberínticos donde es fácil ocultarse en plena noche, la madre porteña traerá la voz de aquella madre granadina y pondrá un cierre conmovedor a esta versión. El eterno retorno de la historia, gracias al teatro, quedará nuevamente puesto en evidencia.

FICHA TÉCNICA

Intérpretes: Mariano Bragan, Mariela Fernández, Carolina Gliglazza, Manuel Luchetti, Alejandra Robles y Guido Sotomayor
Música en vivo: Lara Bragan y Franco Napolitano
Dirección: Paula Sánchez

Tercer cordón del conurbano, una tragedia marrón se presenta los viernes a las 20 en Beckett Teatro (Guardia Vieja 3556, CABA).

Escrito por
Daniel Cholakian
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