A pesar del fuego, que hizo arder al diez por ciento de la superficie de Corrientes, la flora del lugar comienza a asomar entre la tierra chamuscada. Las especies autóctonas lograron ser rescatadas. Y la naturaleza comienza a equilibrarse.
A pesar del fuego, que hizo arder al diez por ciento de la superficie de Corrientes, la flora del lugar comienza a asomar entre la tierra chamuscada. Las especies autóctonas lograron ser rescatadas. Y la naturaleza comienza a equilibrarse.