Durante los siglos XIX y XX, el país sufrió tremendos brotes de enfermedades infectocontagiosas que obligaron a modificar hábitos y costumbres y generaron caos, angustia, robos y saqueos, entre otras consecuencias producto de la conmoción social.
Durante los siglos XIX y XX, el país sufrió tremendos brotes de enfermedades infectocontagiosas que obligaron a modificar hábitos y costumbres y generaron caos, angustia, robos y saqueos, entre otras consecuencias producto de la conmoción social.