Hugo El cantautor Pablo Dacal ofrece su disco más áspero y descarnado –en efecto, el título no tiene nada de casual–. Mi esqueleto reúne trece canciones minimalistas y por momentos deformes, en las que Dacal deja descansar la acústica en favor de la santísima trinidad de la guitarra eléctrica, el bajo y la batería, con alguna intervención de un saxo descontrolado. No se trata exactamente de rock. El disco suena, en todo caso, más cercano a un collage por momentos psicodélico –voces fantasmales–, a veces desvencijado, que funciona para que Dacal interprete sus letras en primerísimo plano, más urgentes y despojadas que nunca. “El país se ha vuelto tan ciego”, canta con inusual dolor en la iniciática “El juego y la furia”, y establece buena parte de las coordenadas del disco.
Mi esqueleto / PABLO DACAL

Produce Crack/Sony Music