Era dueño de una destreza depurada, marcada por lo simple, con un trazo continuo que definía al personaje casi sin que la mano se levantase del papel. Luego de Mafalda, sus creaciones se hicieron más sobrecargadas y asfixiantes.
Era dueño de una destreza depurada, marcada por lo simple, con un trazo continuo que definía al personaje casi sin que la mano se levantase del papel. Luego de Mafalda, sus creaciones se hicieron más sobrecargadas y asfixiantes.