Es un verdadero milagro que Ozzy Osbourne esté a punto de cumplir 74 años después de décadas de excesos y delirios de toda naturaleza, decapitaciones con la boca de murciélagos y palomas incluidas. Pero supera todo lo imaginable que logre grabar un nuevo disco de estudio cargando todo ese peso sobre sus espaldas sumado al párkinson, una neumonía y la cirugía producto de una caída en su casa, entre otras importantes complicaciones de salud. Patient Number 9 funciona como el certificado de supervivencia más concluyente que ningún banco se animó a soñar. Incluye a algunos de los guitarristas más determinantes de la historia del rock (Tony Iommi, Jeff Beck, Eric Clapton), pero por sobre todo es un disco de muy buenas canciones de heavy metal y hard rock, con grandes melodías y una vital interpretación de Ozzy. Creer o reventar, en el nombre del Príncipe de la Oscuridad, con la tecnología de su lado y la gran pericia del productor Andrew Watt (Justin Bieber, Post Malone, Miley Cyrus), que también participó de varias composiciones. “Patient Number 9” –el tema– es una pieza de hard rock bestial, con un Jeff Beck deslumbrante y un Ozzy erigido en encantador de serpientes; la desafiante e irónica “Immortal” sorprende por el riff espeso y zeppeliano de Mike McCready (Pearl Jam); “No Escape From Now”, con Iommi, recupera la atmósfera y densidad del mejor Black Sabbath; Zakk Wylde suma vértigo y todavía más testosterona en “Parasite”, y Clapton recupera cierta aura de Cream y se acerca a Black Sabbath en “One of Those Days”. El disco incluye tres baladas/medios tiempos que no alcanzan la plenitud del resto de los tracks. Mientras la mayoría lo daba por retirado, Ozzy se las arregló para lanzar un disco que le hace honor a su mejor historia.
Patient number 9 / Ozzy Osbourne
