Con el sorprendente When We All Fall Asleep, Where Do We Go? (2019), Billie Eilish no sólo entró casi sin parpadear en lo más alto de la escena musical global. También sacó chapa de cosa seria, de artista que se hizo a sí misma (grabó el disco casi sola, con su hermano Finneas O’Connell), desafiando los estereotipos que la industria musical les impuso durante décadas a decenas y decenas de mujeres. Eilish demostraba que podía cantar, susurrar, rapear y transmitir dudas, frustraciones y convicciones. Con un solo disco se había transformado casi en una portavoz de su generación. Ahora –entonces– llegó el momento de revalidar todo ese enorme valor simbólico. Así las cosas, Happier Than Ever se propone como una continuidad natural de su predecesor, aunque bastante más introspectivo y sin un hit tan demoledor como “Bad Guy”. En ese contexto se destacan el pulso melancólico de “Getting Older”, el casi dub contemporáneo “Lost Cause” y el medio tiempo confesional “Therefore I Am”. Eilish disfruta de un presente continuo y se espera todavía más para su futuro.
Happier Than Ever / BILLIE EILISH

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