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Delia. Bastión de resistencia

SOLEDAD IPARAGUIRRE

Menoscuarto Ediciones

“El 5 de diciembre de 1976, Stella Maris empezó con el trabajo de parto. La cargaron sobre una camilla de chapa y la llevaron a la cocina, el espacio destinado a oficiar de maternidad clandestina. Parió a su bebé esposada y tabicada. Tras dar a luz, se cree que padeció una severa infección. Hay versiones encontradas sobre si volvió a la celda o no. No se supo más de ella ni de su marido Jorge Ogando”, cuenta Soledad Iparraguirre en un pasaje clave de Delia, la biografía de Delia Cecilia Giovanola, madre de Jorge Ogando, abuela de Virginia, que tenía solo tres años cuando sus padres fueron secuestrados, y de Martín, nacido en cautiverio y recuperado en 2015.
Ese hecho, la desaparición de su hijo y de su nuera embarazada, transformó a Delia, que hasta entonces había dedicado su vida a su familia y a su trabajo como maestra en Villa Ballester. “Recuerdo la figura de Azucena (Villaflor) la primera vez que fui a la Plaza. Sé que fue en noviembre o principio de diciembre del 76 porque las clases terminaban el 30 de noviembre y empezaban las vacaciones. Ese primer jueves, me dio fuerzas para seguir, siempre. Ir nos ayudaba, teníamos en común un hijo o hija desaparecidos y empezamos a darnos fuerza. Ese primer día que la vi, Azucena tenía un block oficio con hojas tabuladas en el que anotaba toda la información de cada caso: datos personales, lugar de desaparición, direcciones, teléfonos (…) Me sentí acompañada. A partir de ese día, fue una necesidad ir cada jueves a la plaza”, dice Delia, que fue largamente entrevistada para este libro. Pero Delia no era solamente una madre en busca de su hijo desaparecido. Era también una abuela tras el rastro de su nieto nacido en cautiverio. “Formamos la ronda de abuelas y debimos aprender a buscar a los nietos –recuerda–. Era otra búsqueda. Veníamos presentando hábeas corpus por ellos y se negaban a recibirlos porque nos faltaban datos. Nos reunimos y nos dividimos tareas. Así empezamos. Visitamos tribunales de menores, orfanatos, casas cuna (…) En ese tiempo, actuamos como madres y abuelas simultáneamente. Por eso digo que a las abuelas nos parieron las madres. Siempre lo sentí así.” Delia Giovanola murió el 18 de julio de 2022. Este libro es, entonces, un homenaje a su vida y a su lucha.

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