Se desplegó sobre el centro de Buenos Aires, para alentar desde el cielo a la Selección argentina en coincidencia con la dura derrota en el debut mundialista frente a Arabia Saudita, y al final, presidió simbólicamente los festejos por la Copa. “El más grande del mundo” se llama la obra realizada por Alfredo Segatori que contempla el Obelisco porteño desde diez metros de altura sobre la calle Carlos Pellegrini y refleja la figura de un Diego Armando Maradona sonriente y feliz en el rol de hincha, hoy más que nunca.
“Quise representarlo como un hincha en Qatar, con el turbante, con la camiseta de Boca porque Diego era de ese club y yo también. Elegí la bandera argentina, representando el sentimiento por el país, la cadenita de Messi deseándole lo mejor a su pollo, y de arito, la copa del Mundial”, reseña su creador, detalle por detalle, del bastidor de 6 metros por 11, con marco dorado, iluminado con luz dirigida a modo museo.
“Había trabajado en otras oportunidades con lona, sabía que agarraba bien la pintura. Por eso elegí este material, que es ideal para tensar en altura. Igualmente no lo dejaremos en el exterior mucho tiempo, porque se desgasta con los factores climáticos”, anticipa Segatori, que no podía esperar mejor cierre de exhibición.
No es la primera vez que este singular artista plástico urbano, especializado en grandes formatos, le dedica su interés al omnipresente 10 de la Selección argentina. “Relación personal con Diego no tuve nunca. En mí, es parte de ese imaginario popular de todos los que lo amamos y no lo conocimos personalmente. Me hubiera gustado, pero no se dio. En un momento, Maradona vio el cuadro que pinte de él, ‘Diego presidente Rey del Mundo’, que estaba exhibido en Bagatelle (Hipódromo de Palermo), pero por razones de viajes no se pudo concretar”, apunta.
En otra instancia previa, lo hizo justamente en sintonía con la triste noticia de su fallecimiento. Así nació el evangélico mural “San Diego del Barrio de la Boca”, en la calle Aristóbulo del Valle al 50, con gran repercusión mediática tanto en el país como en el exterior.
“La muerte de Diego precipitó lo que venía gestando –recuerda–. Quería retratarlo en esa pared con esa idea ‘San Diego del Barrio de La Boca’. Al enterarme del fallecimiento me invadió una gran tristeza y enseguida pensé en arrancar el mural. Llamé a mi amigo Leandro Santoro, de Silos Areneros Buenos Aires (que también estaba conmocionado por la noticia), y ellos me facilitaron la grúa para poder hacerlo.”
–¿Qué desafíos extra insume trabajar sobre grandes superficies y en condiciones incluso riesgosas, por la altura?
–Implica gran responsabilidad, mucha logística, esfuerzo y desgaste físico. Con los años uno se va profesionalizando, y va más directamente hacia el objetivo.
–¿Cómo se forma un artista autodidacta en un rubro no convencional?
–Empecé como un joven adolescente que se la sabe todas, pensando que los conocimientos son innatos, y me di la cabeza contra la pared bastante. Tardé diez veces más en llegar a los resultados. Pero a su vez, de prueba y error, surgieron cosas interesantes. Mis referentes fueron Antonio Berni, Carlos Regazzoni, Salvador Dalí, como artistas que me impactaron. También los muralistas mexicanos y su historia. Luego el mundo del graffiti, desde lo técnico, no desde el hip hop. Me interesó realizar murales con aerosol. En ese momento, era poco común.
–Al principio, habrá tenido que enfrentar dificultades para demostrar que estaba haciendo arte y no un estropicio en las paredes. ¿Cómo negociaba los espacios públicos?
–Siempre tuve muy buenas devoluciones. Cuando recién comenzaba y buscaba muros, les mostraba mis trabajos a los propietarios de las paredes y les comentaba lo que quería pintar.
Fuera de Buenos Aires, donde Segatori ha dejado suficientes muestras de su singularidad artística a brazo alzado, con “El regreso de Quinquela” (el mural más grande del mundo ejecutado por una sola persona), “Por una cabeza”, la jirafa “Mirando Miranda”, “Panda Pandemial tomando mate en Villa del Parque”, y ahora está por concluir “Dino en skate”, en la zona de Parque Chacabuco. Muchas otras de sus obras pueden admirarse en paseos públicos de Uruguay, Cancún, Ciudad de México, Baltimore y Nueva York.
–¿Qué le pasa por la cabeza cuando vuelve a ver una obra y nota cierto deterioro, propio del paso del tiempo a la intemperie?
–Me da ganas de reciclarla o rehacerla. Igual, siempre prefiero hacer algo nuevo.
El arte del reciclado
Declarado Personalidad Destacada de la ciudad de Buenos Aires por la comisión de Cultura de la Legislatura porteña, Segatori también participa de ferias de arte y eventos en espacios cerrados, con muestras individuales. Trabaja igualmente sobre otros formatos reducidos (bastidores y distintos objetos), y en la actualidad le ha tomado el gusto a la performance. Además, lleva adelante emprendimientos ecológicos y de estímulo para artistas en ciernes.
–¿En qué consiste y que actividad desarrolla la Fundación Cultural Andén 2222?
–Desde la fundación, que presido, promovemos y apoyamos las artes en todas sus disciplinas, organizando distintos encuentros y talleres de arte. Actualmente estamos desarrollando Lunática Artes Visuales, un proyecto propio de la fundación, con la participación de más de mil artistas plásticos en esta quinta edición, que exhiben cada uno una obra, en Paseo de las Artes, sobre la avenida Pedro de Mendoza (CABA), hasta el 18 de febrero de 2023.
–¿Cómo interrelacionan un atelier de arte y un depósito de reciclado, en los galpones de la Cooperativa El Ceibo?
–Estoy muy agradecido por el espacio que me facilitó Cristina Lescano, la jefa de la Cooperativa El Ceibo, que lamentablemente falleció este año. Siguen su legado sus hijos y las trescientas familias que viven de la cooperativa, es un ejemplo de empresa social. Las líneas de trabajo que desarrollo tienen que ver con el reciclaje, con elementos de chatarra, siempre difundiendo el proyecto de la cooperativa en relación con acciones culturales.
–¿De qué forma el arte puede contribuir con el cuidado del medio ambiente?
–Puede contribuir fundamentalmente con la concientización de las problemáticas ambientales y promover prácticas amigables.
–¿En qué consisten sus talleres y quiénes asisten?
–Mis talleres brindan una primera experiencia de arte urbano, un primer contacto con los materiales. Los interesados llegan con muchas ganas y se van totalmente estimulados con ganas de seguir, y algunos continúan en este camino. También realizo distintos whorshops con empresas y turistas en distintas locaciones.
–Y es productor de eventos culturales como la Gran Galería, en el Hipódromo de Palermo y en el Paseo de las Artes. ¿Cuál es el criterio de la convocatoria?
–El criterio de las convocatorias en general es inclusivo y gratuito, dependiendo la propuesta. En Lunática la convocatoria es abierta, y participan muchísimos artistas, tanto emergentes y contemporáneos, como grandes maestros. En Gran Galería e Hipódromo de Palermo, son artistas invitados.
–Finalmente, ¿cómo se define Alfredo Segatori?
–Artista de la City porteña.