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La red de protección / Andrea Camilleri

Este es el trigésimo volumen de la saga protagonizada por el comisario Salvo Montalbano. Como siempre, los hechos ocurren en Vigàta. La paz del pueblo se ve alterada por la presencia de un equipo televisivo, que llega a filmar una coproducción ítalo-sueca ambientada en los años 50.

“Todo había empezado cuatro o cinco meses antes, cuando Televigàta había invitado a sus espectadores a buscar en su casa películas antiguas, filmadas con esas cámaras que habían estado de moda en la segunda mitad del siglo pasado, y a enviarlas al estudio. La idea era hacer con ellas un programa, una especie de Tal como éramos en el que se viera cómo había sido el pueblo. A saber por qué y a saber cómo, la iniciativa se había convertido en un motivo de diversión para los vigateses.” El éxito desembocó en una posibilidad de filmar una serie, y en eso estaban.

Pero más allá del impacto en la vida cotidiana (actrices por aquí y por allá, en busca de información que permita recrear la época), el rodaje de la serie se ve interrumpido por un asalto y tiroteo ocurrido en un colegio. Todo apunta a un atentado terrorista, pero indagando un poco, Montalbano descubre que los propios estudiantes están involucrados.

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