Inés Estévez es actriz, cantante, directora teatral, maestra de teatro y escritora. En esta entrevista, habla sobre las diversas manifestaciones artísticas que atravesaron su vida y la conforman, y sobre sus futuros proyectos artísticos musicales y cinematográficos.
–¿Cómo y cuándo surge la actuación en tu vida?
–La actuación en mi vida surge muy temprano. En realidad, mis vocaciones tenían que ver con la literatura y la música. Mi primer estudio, casi único estudio académico sostenido, fue la danza clásica. Vivía en un pueblo, en una ciudad pequeña, Dolores, en la provincia de Buenos Aires, y estaba en ese momento muy alejada de todo lo que tenía que ver con las formaciones porque acá en Buenos Aires estaba todo muy centralizado. No había autopistas, no había internet, así que finalmente, cuando hice teatro en Dolores, actué. Había una compañía teatral muy buena que se llamaba Artis y sin estudiar empecé a actuar, y cuando me vine a Buenos Aires pasó lo mismo. Empecé a trabajar en teatro sin tener demasiada formación por una cuestión de necesidad laboral y porque tenía una gran facilidad para hacerlo.
–¿Y la música cómo apareció?
–La música formó parte de mi vida desde muy pequeña. Mi padre era muy amante del jazz, mi madre es muy amante de la ópera y la canción francesa, mis hermanos eran más rockeros y a mi hermana le gustaba la música brasileña. A mí me gustaba mucho la música clásica porque estudiaba danza clásica desde los cuatro años, así que mi vida estuvo empapada de eso. Aprendí a cantar todos los standards con mi padre, que tocaba un par de instrumentos y se juntaba con sus amigos a cantar, y finalmente los primeros premios los gané en comedias musicales, canté en una banda de funk y después de muchos años surgió la posibilidad de hacer un dúo cantando jazz. Primero me parecía que no, al no saber leer música sentía que no correspondía, pero bueno, la vida me fue llevando por esos caminos y finalmente me lancé como solista al frente de mi propia banda.
–¿Cómo fue la decisión de dejar de dedicarle tanto a la actuación para trabajar intensamente con la música?
–Nunca decidí dejar de dedicarle a la actuación. Dejé de actuar en 2005, pensaba que iba a dejar definitivamente de actuar pero no era para dedicarme a la música, era para poder hacer lo que hice, que fue escribir: publiqué mi primera novela, que se llama La gracia, salió en 2011; dirigí mi primera obra de teatro, que se llama Grabado, en el Centro Cultural Konex; diseñé un método de enseñanza de actuación basado en mi experiencia personal y empecé a desarrollarlo, hace catorce años que doy clase. Quería estar más del lado de las ideas. Volví a actuar en 2013 y recién en 2015 empecé con la música.
–¿Cómo es el proyecto Redes, dirigido por Muscari, que estrenaron en abril y luego pararon por la pandemia?
–Redes es un proyectazo. Es un proyecto de Muscari que la verdad es encantador, gira en torno a las redes, a lo que las redes provocan en nosotros los seres humanos, y hay una postura muy divertida y a la vez bastante descarnada que retrata en cada personaje un poco el rol que cumple en la vida real, pero de una manera obviamente ficcionada y satirizada. Es una obra que tiene músicas, que tiene coreografías, que tiene proyecciones. El que quiere verla para pasar un rato y divertirse sale muy contento y el que quiere verla para salir pensando también sale muy contento. Hay un elencazo, gente muy genial. Mi personaje es un poco el que interpela el rol de las redes en la humanidad y es muy divertida. Esperamos volver…
–¿Cuáles son tus próximos proyectos artísticos?
–Hay dos películas. Una que se llama Miranda de viernes a lunes, que es una película de María Victoria Menis, y hay otra película para Netflix que se va a hacer probablemente entre fin de septiembre y noviembre, está Redes y hay otros proyectos dando vueltas que todavía no se han confirmado, pero también tengo pensado volver a grabar un disco en algún momento, así que siguen abiertas todas las puertas de las diversas expresiones artísticas. En lo inmediato, los jueves 22 y 29 de julio estoy cantando en Aldos de Palermo acompañada por Mariano Agustoni.