Icono del sitio Caras y Caretas

MEJOR NO HABLAR DE CIERTAS COSAS

Muchas canciones del rock nacional fueron inspiradas por mujeres ignotas, pero que formaban parte del círculo de los músicos. Por ahí aparecen Patricia Perea, “Peperina”, una periodista de la revista Expreso Imaginario; la “Muchacha” de Luis Alberto Spinetta, o “Mandarinas”, en la que Víctor Heredia recuerda a su hermana desaparecida durante la dictadura.

En el tango, durante los años 20, las primeras musas tuvieron origen francés. “Madame Ivonne”, de Enrique Cadícamo; “Muchachita de Montmartre”, de José Antonio Saldías y Osvaldo Fresedo; “Manón”, de Arturo De Bassi, o “Poupée y Germaine”, de Alberto López Buchardo.

Dos décadas después, algunas letras comenzaron a retratar historias de amor o desamor inspiradas en mujeres argentinas. Aparecen “Gricel”, la quinceañera que deslumbró a José María Contursi, o “Yo no sé qué me han hecho tus ojos”, inspirada en la cantante Ada Falcón, que vivió un tórrido romance con el autor, Francisco Canaro. Y, también, la historia de dos exitosos personajes de aquellos años.

Él fue uno de los poetas más brillantes del tango. Ella, una cantante dueña de un estilo único con el que se ganó el apodo de “la Gardel con polleras”. Homero Manzi y Nelly Omar son dos figuras emblemáticas del 2×4 en su época más gloriosa. De esa unión surgió una pieza memorable y el mito de un romance oculto que algunos desmienten y otros prefieren no mencionar.

De todas las composiciones de Manzi, “Malena” (con música de Lucio Demare) se convirtió en un éxito en poco tiempo y hoy es reconocida por estudiosos del 2×4 como la canción más perfecta de todos los tiempos. Durante las actuaciones de la orquesta de Aníbal Troilo era el tema más pedido, y todos los cantantes querían incluirlo en su repertorio.

POSIBLES MALENAS

En medio del éxito comenzaron las conjeturas. ¿Quién era Malena, la que “cantaba el tango como ninguna”? Se habló de Azucena Maizani, Mercedes Simone y Nelly Omar. También se dijo que la musa había sido María Elena Tortolero, una cancionista santafesina, cuyo nombre artístico era Malena de Toledo. Cuenta la historia que Manzi y Demare la habían visto actuar en un cabaré de Porto Alegre o San Pablo (también hay dos versiones sobre el lugar).

Lucio Demare contó años después que en San Pablo, donde conocieron a Malena, en 1941, a Manzi le quedó grabado ese nombre y prometió hacerle un tango. Lo escribió en un papel y se lo dio para que lo musicalizara. Demare lo guardó en el bolsillo de un saco y se olvidó. Tiempo después, lo encontró y no podía creer la belleza de la letra. En pocos minutos compuso la música.

Lo cierto es que mientras muchos especulaban con las historias, Manzi guardaba silencio. Jamás negó o confirmó los rumores.

Hasta Acho Manzi (el hijo de Homero) esbozó su propia teoría y afirmó que su padre había tenido romances con varias cancionistas, pero ninguna era Malena, aunque si tuviera que elegir alguna versión se inclinaría por el nombre de Mercedes Simone.

Manzi murió muy joven, en 1951. Tenía 43 años. Nelly Omar, en cambio, fue longeva. Murió en 2013, a los 102. Unos años antes, confesó en una entrevista: “Yo soy Malena”. Y contó algunos detalles de su relación con Homero. Un amor que padeció en silencio y a escondidas ya que los dos estaban casados y en esa época era impensado romper un matrimonio. Sin embargo, los dos tomaron la decisión.

CREER O REVENTAR

“En 1944 me separé legalmente y Manzi hizo lo mismo con su esposa, fue así que nos empezamos a ver en mi casa y allí a veces escribía un tango, una letra o algunas cosas así”, contaba Nelly.

También aseguró que Manzi le compuso otros temas, como “Ninguna”, “Después”, “Torrente”. Pero realmente sorprende cuando se atribuye ser la musa del mítico “Sur”. La cantante cuenta que ella vivía en planta baja y cuando él llegaba, en vez de tocar el timbre, le golpeaba la ventana. “Las noches y las lunas suburbanas y mi amor en tu ventana…”

La relación entre Manzi y Nelly fue esencialmente de desencuentros. Él no se animaba a dejar a su esposa y, cansada de ser la otra, ella decidió dejarlo. Ante este panorama, Manzi decide separarse, pero la mujer intenta suicidarse y él regresa a su casa. “Cuando volvió, decidí cerrarle el paso. Era un amor imposible”, explicó Nelly.

Según la cantante, todos creían que el tango estaba dedicado a Malena de Toledo, pero en la intimidad Manzi le había dicho: “Malena sos vos”.

Parte de la leyenda cuenta que cuando Manzi enfermó de cáncer y debió ser internado, su esposa prohibió expresamente que Nelly lo visitara. Sin embargo, el relato indica que, de madrugada, Nelly iba al hospital y se quedaba unas horas junto a él. Ella nunca lo contó pero, de ser cierto, esa actitud revela que ya no sentía rencor por el hombre que la había dejado.

Hasta hoy, algunos estudiosos del tango niegan la versión de Nelly Omar basándose en el silencio de Manzi hasta su muerte y en la falta de testimonios certeros de otros personajes del ambiente tanguero. Unos pocos creen que el relato es cierto, pero no lo expresan en voz alta. Sólo queda el relato de ella.

Cierto o no, Manzi compuso las canciones más bellas del cancionero argentino, y no importa mucho quién fue la musa o de dónde le llegó la inspiración.

A setenta años de su muerte, los tangos de Homero Manzi siguen tan vigentes como en sus comienzos, pero “Malena” será por siempre el poema más exquisito que se convirtió en canción y ocupa un lugar de privilegio en la historia del tango.

Salir de la versión móvil