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BOLETINES DEL AIRE

La primera transmisión radial en la Argentina tuvo lugar en 1920. Sin embargo, la incorporación de la radiofonía en la vida cotidiana fue un proceso lento. Todavía a mitad de los años veinte la radio era una actividad de experimentación reservada a los radioaficionados, fascinados por el desarrollo tecnológico.

En esos mismos años, algunas emisoras de radio empezaron a emitir con mayor continuidad. Buscaban ofrecer contenidos para captar más oyentes. Mayoritariamente transmitían música, pero lentamente comenzaron a brindar noticias. Poco a poco tomaron forma los informativos, también conocidos como “boletines”.

El año 1925 fue de cambios importantes. Aparecieron nuevas emisoras con una impronta más comercial y se incorporó la lectura de diarios frente al micrófono. Esta situación generó malestar en algunos periódicos, como La Prensa, que veían esto como una amenaza al sostenimiento de las ventas. Incluso, las agencias de publicidad empezaron a preferir la radio para los anuncios, generando una competencia entre ambos medios. Sin embargo, ya en 1925 el diario La Nación lanzó su propia emisora (LOZ Radio La Nación). Rápidamente, Crítica y La Razón auspiciaron espacios de noticias en emisoras, Radio Prieto y La Voz del Aire, respectivamente. Lo mismo hizo Noticias Gráficas con Radio Casa América, que transmitía desde la sala de redacción del diario. No pasó mucho tiempo para que incluso La Prensa hiciese un acuerdo con Radio Splendid.

Al entrar en la década del 30 ya se había formalizado el espacio de la información radial. Había audiciones como la 6ª edición oral, por Radio París; el Noticioso Mobiliol, de Radio El Mundo, o el Noticioso Cafiaspirina, en Radio Argentina. Incluso Radio Stentor organizó en 1935 La cadena radio-periodística Stentor, donde reunía la información de 54 diarios de todo el país.

AGENCIAS INTERNACIONALES

Los cables de agencias de noticias internacionales también transformaron la presentación de información de la radio, ya que el medio podía ofrecer una instantaneidad superior a los periódicos. A partir del estallido de la guerra civil en España, la radio se posicionó como fuente constante de información para seguir diversos acontecimientos de índole internacional. Por ejemplo, Radio Prieto tenía una audición especial, La voz española, para acercar la información de la grave situación en el país ibérico.

Durante los años de la Segunda Guerra Mundial, las emisoras buscaron ofrecer un continuo fluir de noticias para competir con los diarios. Radio Belgrano llegó a emitir 22 boletines por día. En 1941 surgió el Reporter Esso, también en Belgrano. De la misma manera, fueron notorios los reportes diarios de la Segunda Guerra Mundial que hacía Radio El Mundo con la audición La radio de los ingleses, conducida por Carlos Taquini.

Por otro lado, comenzó a establecerse una censura sobre la información acerca del conflicto. El gobierno de Ramón S. Castillo quería evitar que los informativos tuvieran algún tipo de inclinación que pusiera en entredicho la neutralidad que sostenía la Argentina en la guerra.

Durante el golpe militar de 1943 y las presidencias de Juan Domingo Perón, los informativos tenían que ser aprobados antes de emitirse y empezaron a estar más controlados. Luego de la victoria electoral de Perón, los informativos debían responder a la Subsecretaría de Informaciones. En los años 50 se emitían boletines cerca de 47 veces al día. La política de gobierno comenzó a ocupar un espacio de dimensiones que no había tenido antes. Esta presencia era posible porque el Estado había adquirido, directamente o a través de terceros, la totalidad de las emisoras del país. Después de la campaña electoral de febrero de 1946, ningún dirigente de la oposición fue entrevistado ni escuchado en la radio.

Luego del golpe de Estado de la autodenominada Revolución Libertadora, se intervinieron las emisoras y los informativos fueron también censurados. A pesar de expresar que se quería reponer la libertad de expresión vulnerada, en radio (como en cualquier otra instancia) no se podían pronunciar los nombres de Perón o Evita ni tampoco mencionar al Partido Peronista.

NOTICIAS PORTÁTILES

En 1956 comenzaron a usarse las primeras radios portátiles, lo que permitía un seguimiento de los informativos en múltiples horarios y circunstancias, dando una nueva presencia a la radio en la vida cotidiana.

Antes de dejar el poder, Pedro Eugenio Aramburu revocó todas las licencias de radio adjudicadas durante el peronismo y las sacó a licitación. Sin embargo, el gobierno quedó con el control directo de 30 de las 55 emisoras existentes.

En 1966 se activó el Consejo Nacional de Radio y Televisión (Conart), antecedente de lo que desde 1972 sería el Comité Federal de Radio y Televisión (Comfer). Creado para regular el funcionamiento de las licencias privadas, con Onganía comenzó a intervenir cada vez más decididamente en el control de contenidos radiales y televisivos. Mientras crecía el descontento expresado por los sectores estudiantiles y obreros, el Conart instruyó a las emisoras a que no difundieran información al respecto sin consultar previamente. A la vez, reforzó el control de las radios estatales, en una política mayor de concentración de todos los medios oficiales, toda la pauta publicitaria estatal y la reestatización de la agencia de noticias Télam. Siete emisoras que Aramburu había cedido a universidades fueron reintegradas al control del Poder Ejecutivo y se centralizó la actividad de los noticieros de todas las emisoras bajo la coordinación de un único director general de informativos de radioemisoras oficiales.

Hacia 1966, la televisión comenzó a otorgar más espacio de programación a sus noticieros. Se hizo más uniforme su duración y se estabilizaron las franjas horarias de las tres emisiones diarias principales: mediodía, tarde y noche. Así, cuando en 1969 los canales 9, 11 y 13 decidieron desafiar a Onganía y televisar el Cordobazo, quedó claro que en materia informativa había un nuevo medio dominante.

A la postergación que implicó la televisión le siguió la aparición de las señales noticiosas de cable en los 90 y la explosión de internet y las redes sociales ya en el siglo XXI. Pero la tradición de la radio por brindar información nunca cesó y continúa teniendo vigencia. El segmento más convocante en AM y FM, tanto en rating como en publicidad, es la primera mañana, un espacio dedicado en forma excluyente a las noticias. Como se verá, pasan los años, cambian las tecnologías, pero la radio se las sigue arreglando para informar.

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